Pasadas las 10, familiares, amigos y organizaciones de Derechos Humanos realizaron un emotivo homenaje en el Jardín de la Memoria, ubicado en la plaza principal de su ciudad natal, Belén.

Allí hicieron uso de la palabra Guillermo Díaz Martínez, Carlos Javier Saracho en representación de la municipalidad belicha y Carlos Leiva, cuñado de Carreras, entre otros.

Tras el homenaje se trasladaron hasta el cementerio local, donde su hermana Felicidad «Mimí” Carreras dedicó unas emotivas palabras  para luego depositar los restos de Juan Francisco en el mausoleo de la familia Carreras.

«Cuando entré a casa con los restos de Juan, entré con una extraña sensación de alegría y angustia, pero me decía ‘ya está acá’ […] creo que poder poner en palabras los sentimientos profundos que uno tiene en determinados momentos es sanador. Nunca pensé en hablar acá, pero de pronto sentí una inmensa paz y pude hacerlo. Fue sanador, para mi familia también y para la gente que me acompañó, mi abogada y mis amigos de Tucumán que incluso vinieron a acompañarme”, dijo Felicidad.

La hermana de Carreras no guardó elogios para quienes identificaron los restos de su hermano, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), cuyo trabajo ha restituido ya gran parte de la memoria de los argentinos.

En el Jardín de la Memoria se plantaron tres algarrobos para recordar a Carreras, a Yolanda Borda y a Oscar Gerván.

Juan Francisco era estudiante de Bioquímica. Fue secuestrado el 19 de septiembre de 1976 en Tucumán, en la facultad tras un examen. Aquella vez, se fue gritando que alguien haga algo.

Hoy, descansa en paz en la tierra que lo vio crecer y su familia puede cerrar una vida entera de lucha y búsquedas.