Uno de cada tres catamarqueños no votó a ningún candidato
Entre ausentes, votos en blanco o votos nulos, se supera un tercio del padrón total.
Las elecciones legislativas desarrolladas el último domingo, no despertaron mayor interés en la ciudadanía catamarqueña, según se refleja en los números que maneja la Dirección Nacional Electoral.
Sobre un total de 311.027 comprovincianos habilitados para emitir su voto, sólo lo hicieron 215.013, lo que implica la ausencia de 96.014 electores.
El nivel de participación no alcanzó el 70 por ciento (69,62 es el porcentaje final). Pero los números son todavía más impactantes si a la cifra de ausentes se le añaden los votos en blanco (13.457), nulos (2.974) e impugnados o recurridos (261).
De este modo, el dato objetivo es que el número de catamarqueños que no apoyó a ningún candidato (por inasistencia, invalidez del voto o voto en blanco), llega a 112.707 ciudadanos.
Es una cantidad que supera los votos reunidos por cualquier fuerza política (el FJPV ganó con 94.893 votos), y sin dudas un segmento al que los próximos candidatos deberán apuntar en futuras elecciones, porque hay allí votos suficientes como para revertir cualquier resultado.
Quienes no votan deben realizar trámites que en definitiva son más engorrosos que la propia emisión del voto, y además enfrentan el pago de pequeñas multas, pero nada de eso alcanza para modificar el desinterés y la apatía que se impone.
Un motivo más para replantearse la obligatoriedad del voto, que a esta altura de los acontecimientos debería ser para algunos como en Estados Unidos, voluntario.
La situación sorprende a quienes vivieron épocas de represión y dictadura, pero a 34 años de la restauración de la democracia, la óptica mayoritaria parece ser diferente.
En todo caso podría analizarse seriamente cuáles son las razones por las cuales predomina semejante nivel de apatía y desencanto en la ciudadanía.