Tras la muerte del papa Francisco, los cardenales realizaron la primera Congregación General
El acto contó con la participación de 70 purpurados. Allí, se decidió la fecha y hora del funeral del argentino.

Se llevó a cabo la primera Congregación General del Colegio Cardenalicio
La muerte del argentino dejó vacante el trono de San Pedro y desencadenó una serie de mecanismos que tienen por objetivo elegir a su sucesor. Entre ellos, comenzaron las congregaciones que buscan decidir los asuntos más importantes relacionados con el interregno papal.
Además, se indicó que, la segunda Congregación General tendrá lugar mañana por la tarde a las 17 horas, ya que por la mañana los Cardenales participarán en el traslado del féretro de la Casa Santa Marta a la Basílica de San Pedro. Por su parte, la misa del domingo 27 de abril en la Plaza de San Pedro estará presidida por el cardenal Pietro Parolin y será la segunda de los Novendiali: se trata de una misa de exequias.
Por último, también se eligieron por sorteo a los tres cardenales de la Comisión que asiste al Camarlengo en las decisiones ordinarias, que serán Pietro Parolin, Stanislaw Rylko y Fabio Baggio, uno por cada orden que compone el Colegio Cardenalicio, la de obispos, presbíteros y diáconos. Los Purpurados de esta comisión son sorteados cada tres días.
El funeral del papa Francisco: por qué pidió ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor
Uno de los últimos deseos del argentino fue descansar en la Basílica de Santa María la Mayor y que su «último recorrido en esta vida concluya en este antiguo santuario mariano, al que solía acudir en oración al comenzar y al finalizar cada Viaje Apostólico, para confiarle con fe mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados». Según el documento, la voluntad del líder de la Iglesia Católica era que “su tumba” se ubicara “en el nicho de la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, dentro de la mencionada Basílica.
El Papa detalló que el féretro «debe estar en la tierra» y que sea «sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción, Franciscus. Los gastos correrán por cuenta de «la suma del benefactor que he dispuesto: será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual he encargado las oportunas instrucciones al Arzobispo Rolandas Makrickas».
Por último, su testamento concluyó con un sentido pedido: «que el señor le de una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos».