Día a día, la situación se torna más complicada en el este catamarqueño. Ayer, a media mañana, la crecida del Río El Abra se llevó una columna de una línea de 33 kilovatios. En consecuencia, todo el departamento Santa Rosa quedó sin energía eléctrica. Una cuadrilla de Energía Catamarca (EC) SAPEM desde ayer trabaja en la zona para restablecer el servicio en todo el departamento.

Fuentes consultadas comentaron a El Ancasti que los operarios de EC SAPEM pusieron manos a la obra para realizar un trabajo de enganche. Se informó que por la tarde de ayer, al menos el servicio se logró restablecer en las localidades de Los Altos, Manantiales y Alijilán. No obstante, el resto de los poblados de este departamento, con suerte, podrían tener nuevamente el servicio de energía eléctrica el domingo por la tarde.

Además, la misma fuente advirtió que de momento no hay evacuados, dado que no hay manera de llegar hacia los lugares donde se encuentra para poder rescatarlos. También se dio a conocer que a las 11 de la mañana, por la crecida de un río, se cortó la Ruta Nacional Nº38, a la altura de Rumi Punco y la escuela de la zona quedó inundada.

Desde hace casi dos semanas, las comunidades del este catamarqueño vienen soportando las inclemencias de las condiciones meteorológicas. Las lluvias no cesan y, poco a poco, fueron aumentando el caudal de los ríos. Algunos ya desbordaron, como los ríos El Abra, El Pensamiento, Manantiales y El Puesto. Como consecuencia, las localidades permanecen aisladas, debido a que la crecida de los ríos no solo impide el paso, sino que, al mismo tiempo, los caminos y rutas se encuentran intransitables. Comunidades como Cuchinoque, Casa Santa, Agua Dulce, La Bajada, Los Moye, Las Parcelas, Manantiales, Alijilán, Las Tunas y Bañado de Ovanta se encuentran también con sus caminos intransitables, lo que empeora aún más la situación, pues la ayuda no puede llegar para socorrer a las personas damnificadas.

Las Rutas Provinciales Nº27, Nº21 y Nº6, desde hace tiempo, están en pésimas condiciones. Vale recordar que las comunidades del este catamarqueño, desde hace poco más de dos años –como consecuencia del fenómeno climático de El Niño- vienen padeciendo fuertes tormentas y persistentes precipitaciones. No solo hubo importantes inundaciones sino que además los caminos quedaron destruidos –algunos arreglos apenas fueron ‘parches’ y, en otros casos, con cada lluvia vuelven a deteriorarse-. Como se trata de una zona agrícola, las cosechas y el transporte de los productos se ven seriamente afectados.