Tensión entre Estados Unidos y Venezuela: Donald Trump insiste en que los ataques en territorio venezolano comenzarán “muy pronto”

En medio de la tensión con Venezuela, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió este martes en que «muy pronto» comenzarán los ataques estadounidenses contra objetivos del narcotráfico dentro del territorio venezolano, más allá del operativo contra lanchas que supuestamente transportan droga en el Caribe.
Y advirtió, además, que cualquier país que trafique droga hacia EE.UU. «está sujeto a ataques”, según dijo a la prensa durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca.
Trump pareció haberse referido específicamente a Colombia, pero también puede ser una advertencia global. «He oído que Colombia produce cocaína. Tienen plantas de fabricación, ¿de acuerdo? Y luego nos venden cocaína. Pero sí, cualquiera que haga eso y la venda a nuestro país está sujeto a ataques, no necesariamente solo Venezuela», dijo Trump.
El jefe de la Casa Blanca, que desde hace meses mantiene una fuerte presión militar contra el régimen venezolano, evalúa las opciones para desalojar a Nicolás Maduro del poder, a quien acusa de liderar el Cartel de los Soles.
Con un despliegue militar inédito en el Caribe, que incluye el mayor portaviones del mundo, destructores, cazas, submarinos, misiles y unos 15.000 efectivos, Estados Unidos se ha enfocado hasta ahora en atacar embarcaciones que supuestamente transportaban droga. Hubo 21 ataques con más de 80 muertos en más de dos meses.

Los potenciales ataques en tierra venezolana significarían una expansión de la operación militar Lanza del Sur. Los expertos no creen que Estados Unidos implemente un ataque masivo a territorio venezolano ni que tropas estadounidenses desembarquen en Venezuela. Pero sí una ofensiva con misiles a objetivos vinculados al narcotráfico como puentes, pistas de aterrizaje, puertos e instalaciones específicas.
Trump mantuvo el lunes una reunión con sus principales ministros y mandos militares para evaluar las opciones en Venezuela, luego de que trascendiera que el 21 de noviembre había tenido una comunicación telefónica con Maduro. En ella, según consignó el diario Miami Herald, el estadounidense le dio un “contundente” mensaje a Maduro para que deje el poder.
«Tenés que abandonar el país ahora», le dijo Trump y le ofreció un salvoconducto para Maduro, su esposa y su hijo “solo si aceptaba renunciar de inmediato”. La agencia Reuters dijo que el jefe de la Casa Blanca había dado al autócrata venezolano plazo hasta el viernes pasado. Ese límite fue superado.
En la llamada, el presidente de Venezuela se habría negado a dimitir inmediatamente y, según el Herald y Reuters, hizo una serie de contrademandas, que incluían inmunidad global para él y otros 100 funcionarios frente a procesos judiciales, una transición con la vicepresidenta Delcy Rodríguez a la cabeza y que se le permitiera mantener el control de las fuerzas armadas. Aparentemente Trump rechazó todo y le dio el ultimátum.
¿Y qué hizo Maduro cuando venció el plazo? Bailó desafiante ante una enorme multitud de seguidores en Caracas en un acto al aire libre al estilo Trump, desmontando rumores previos de que había cedido ante las peticiones estadounidenses de abandonar el país. «No queremos la paz de los esclavos, ni la paz de las colonias», bramó Maduro y, con una gorra roja de estilo trumpista bailaba un remix con su propia voz que coreaba en inglés desalineado y en español: “Yes, peace; sí paz”.
Este martes Trump también cargó sobre el presidente colombiano Gustavo Petro. Ya en octubre lo había señalado como «líder del narcotráfico» y suspendió la ayuda estadounidense a ese país por su supuesta inacción en la lucha contra las drogas.
Petro niega las acusaciones y ha calificado a Trump de «grosero e ignorante con Colombia». También ha rechazado como «injerencia» el despliegue militar estadounidense y denunciado los ataques contras las lanchas, algunos de ellos llevadas a cabo en el Pacífico oriental, cerca de las costas colombianas.
La escalada gestual
La administración ha sido objeto de un intenso escrutinio en los últimos días por su conducta en esa ofensiva, incluidas revelaciones de que llevó a cabo un segundo ataque a un barco después de que un ataque inicial no matara a todos los que estaban a bordo. Un informe de The Washington Post, en base a testimonio de funcionarios del Pentágono, señaló que el secretario de Defensa Pete Hegseth había dado la orden.

Hegseth dijo en la reunión de gabinete que «vio ese primer ataque» pero «no se quedó» en el intervalo en el que se decidió el segundo ataque debido a otra reunión. «No vi personalmente sobrevivientes», declaró, al añadir que «eso estaba en llamas … es lo que se llama la niebla de la guerra».
Los críticos demócratas de Trump en el Congreso advierten que el hecho podría ser calificado como un crimen de guerra. Y varios republicanos poderosos están conmocionados y señalan una inusual disposición a investigar rigurosamente al gobierno por este tema.
Congresistas demócratas y republicanos quieren ir a fondo. El general Dan Caine, presidente del Estado Mayor Conjunto, fue citado y habló durante el fin de semana con los cuatro legisladores de ambos partidos que encabezan las Comisiones de Servicios Armados del Senado y la Cámara de Representantes.
Está previsto que el vicealmirante Frank Bradley, quien según ordenó el segundo ataque, comparezca el jueves en una sesión informativa confidencial con los legisladores de las comisiones de las fuerzas armadas.
PB