Supercopa de España: Barcelona celebró su primera conquista sin Messi, con una paliza frente a Real Madrid
En la final jugada en Riad, el conjunto dirigido por Xavi se impuso por 3-1, con una actuación consagratoria de Gavi
Desde aquel 5 de agosto de 2021 en el que Barcelona anunció la salida de Lionel Messi, pocas habían sido las alegrías para el club blaugrana. Huérfano de festejos desde la obtención de la Copa del Rey 2020/21, último éxito con el capitán del seleccionado argentino en el plantel, esta vez el equipo catalán consiguió quebrar el maleficio. Y nada menos que ante el archirrival: Barcelona se apropió de la Supercopa de España al ganarle a Real Madrid por 3-1, con goles de Gavi, Robert Lewandowski y Pedri; descontó Benzema.
Además de ser el primer título de la era post-Messi, también se trató de la primera corona con Xavi Hernández como timonel. Integrante de aquel Barcelona mágico junto al argentino y a Andrés Iniesta, el exvolante se dio el gusto de festejar al fin como DT del club que marcó a fuego su carrera. Y lo logró con lo significativo que es superar a un entrenador legendario como Carlo Ancelotti, el conductor de Real Madrid.
En el estadio Rey Fahd, en Riad, Barcelona consiguió maniatar al conjunto merengue. Con buen despliegue de Busquets y Frenkie de Jong, el conjunto catalán comenzaba a inclinar terreno.Más incisivo, pronto le ganó la pulseada en el mediocampo, y dio el primer aviso con un derechazo de Lewandowski que desvió como pudo Courtois y luego dio en la base del poste derecho. Ancelotti había apostado por Camavinga, para acompañar a Modric y a Kroos, y a pesar de que el francés había sido de lo más rescatable en un primer tiempo opaco, fue el primero en salir, reemplazado en el descanso por Rodrygo.
Acertó Barcelona, que rompió el cero poco después de la media hora. Busquets consiguió recuperar en el medio y habilitó a Dembelé por la derecha; el francés cedió a Pedri, que a su vez trasladó a Lewandowski en una triangulación rápida, y el polaco sorprendió con un pase paralelo para la llegada por la izquierda de Gavi, que se acomodó y venció a Courtois con un remate cruzado para el 1-0.
Y antes del final de la primera parte, De Jong envió un pelotazo al vacío sobre el carril izquierdo; Gavi picó solo, habilitado, y no tuvo problemas para avanzar y asistir con un pase certero a Lewandowski; frío y certero como un puñal, el polaco no dudó ante la red y mandó la pelota a la red para ampliar distancias.
Quedaba todavía toda la segunda parte para que Real Madrid reaccionara. Modric, agotado, le dejó su lugar a Ceballos. Enseguida, llegó el tercero: buena jugada de Lewandowski, que condujo por el centro para arrastrar las marcas, y nuevamente encontró terreno fértil por la izquierda, donde apareció Gavi para un nuevo centro rasante que esta vez empujó Pedri por el segundo palo: 3-0 y final sentenciada. En tiempo extra llegó el descuento de Benzema, tras un rebote.
Gavi, el chico de 18 años que venía de jugar el Mundial de Qatar, fue autor de un gol y dos asistencias, y se convirtió en una pesadilla para la defensa madrileña, y fue un socio ideal para Lewandowski. Ronald Araújo le cerró los caminos al conjunto merengue al ganarle el duelo a Vinicius, y entre Koundé y el danés Christensen se encargaron de contener a un Benzema sin chispa. Fue demasiado Barcelona para un Real Madrid apagado, impropio de un especialista en finales.
“Se sabía que el equipo no llegaba a tope, y el partido ha evidenciado algunas carencias. Regalamos demasiado. Evitar regalos es lo primero, porque hemos dado muchas facilidades en los primeros goles. Tenemos que jugar como un equipo y mejorar la condición. Es un palo para nosotros, pero hay que estar animados y preparar el próximo partido”, aceptó Ancelotti luego de la dura derrota madrileña.
La victoria en la Supercopa Española fue la 49° copa nacional para Barcelona y la decimocuarta Supercopa, que había alzado por última vez en 2018. Líder además de la Liga, en la que le lleva tres puntos de ventaja a su vencido de este domingo, el equipo de Xavi quiere empezar a mostrarse como un equipo con pretensiones. En varios encuentros de la temporada le faltó convicción, es cierto, y una clara muestra de ello estuvo en el fracaso en la Champions League, al finalizar tercero en su grupo, lo que significó la caída a la Europa League, donde tendrá el mes próximo un reto bastante complejo ante Manchester United. Pero, al menos en este clásico, se dio un gusto largamente esperado.
LA NACION