Recomendaciones para evitar golpes de calor

El Ministerio de Salud de la provincia de Catamarca recomienda a la población extremar las medidas de protección por las altas temperaturas que pueden transformarse en un gran riesgo para la salud.

El golpe de calor es una alteración de la regulación térmica del cuerpo que puede ser grave. Se produce por la influencia durante largo tiempo de altas temperaturas, intensa exposición al sol y escasa movilidad del aire.

Las altas temperaturas producen en el aparato cardiovascular mayor riesgo de deshidratación y malestares relacionados con el descenso de la presión arterial y la vasodilatación excesiva. El cuerpo empieza a tener dificultades para regular la temperatura y esta comienza a elevarse por arriba de 37 grados, ya sea a causa de la deshidratación, por el agotamiento del mecanismo del sudor o por desajustes del centro cerebral que regula la temperatura.

Si bien todos somos propensos a sufrir golpes de calor, hay grupos etarios que son más vulnerables y son ellos a quienes se debe atender con especial cuidado en días de temperaturas muy altas:

–          bebés, niñas y niños especialmente menores de 1 año (ya que su cuerpo tiene menor capacidad para regular su temperatura)

–          bebés que padecen de fiebre por otras causas o diarrea

–          personas con enfermedades crónicas (afecciones cardíacas, renales o neurológicas)

–          niños y niñas con obesidad o desnutrición

–          personas adultas mayores

 Las recomendaciones a tener en cuenta:

–          Evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso

–          Evitar bebidas muy frías o muy calientes

–          Evitar comidas pesadas

–          Evitar bebidas con alcohol ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido. No es conveniente tomar cerveza ante la sed y el calor

–          Evitar la actividad física intensa

En niños y niñas se debe actuar con mayores precauciones y tener en cuenta los siguientes consejos:

–          Ofrecer continuamente líquido, no esperar que pidan agua. En el caso de lactantes, menores de 6 meses ofrecer la teta de manera más frecuente.

–          Vestirlos con ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros o incluso desvestirlos.

–          Bañarlos y mojarles el cuerpo con frecuencia.

–          Proponer juegos tranquilos evitando que se agiten.

–          Evitar que se expongan al sol  especialmente en el horario del mediodía o bien, protegerlos de sus efectos si no se puede evitar la exposición: con el uso de ropa adecuada (sombreros, ropa de manga larga) y protectores solares adecuados.

–          Mantenerlos en lugares bien ventilados o bien con aire acondicionado (ya sea en casa o lugares públicos) cuando la temperatura ambiente es muy elevada.

Otro factor de importancia es el uso de sistemas de refrigeración. Los aires acondicionados tienen que estar a una temperatura confortable, no que se precise abrigo, es decir a una temperatura de 25 o 26 grados es lo aconsejable. Por otro lado, cuando uno sale al aire libre con una temperatura de 42 grados, lo recomendable es hacer un paso intermedio de ambientación,  como por ejemplo estar en un ambiente sin aire acondicionado y después de unos minutos pasar al calor, ya que los cambios bruscos son malos para el organismo.

Al realizar actividad física durante las horas de sol y calor, que es del mediodía hasta las 17 o 18 horas, tratar de estar en lugares ventilados, frescos y con sombra.

Síntomas                      

Los  síntomas a tener en cuenta son: dolor de cabeza, malestar, irritabilidad, deshidratación, frecuencia respiratoria más acelerada, menor producción de orina, taquicardia; y en los niños mucosas secas, frecuencia cardíaca acelerada, ojos sin brillo.

En las personas adultas los signos son solapados por eso necesitan mayor prevención y, también, pueden presentar presión baja. Es por ello que es importante que tomen agua en pequeñas tomas en reiteradas oportunidades para evitar la deshidratación ya que no tomar con las altas temperaturas es de gran peligro.

Por último, los profesionales de la Salud recomiendan que ante los primeros síntomas no demore en consultar al médico o acercarse a un Centro de Salud, especialmente si se trata de bebés, niñas, niños y adultos mayores; y nunca automedicarse.

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