Presupuesto 2025: Javier Milei atomiza a las ligas de gobernadores para negociar mano a mano el proyecto
La Casa Rosada congeló el diálogo con las provincias y busca atomizar a los mandatarios y a los bloques de diputados. Dudas en los distritos sobre el futuro del proyecto. Crece el fantasma de la prórroga.
Negociaciones bilaterales por el Presupuesto 2025
Entre los gobernadores dialoguistas, el bloque no es monolítico. Algunos líderes de distritos más pequeños, sin gran poder de fuego frente a Nación, temen que ese escenario ocurra y que sus pares de grandes provincias terminen negociando por su cuenta. «Que cierren la suya y listo», tradujeron al criollo desde una gobernación.
«Es más barato y no favorece a la provincia de Buenos Aires», graficaron desde territorio amarillo. Dentro del campamento libertario admiten que no tienen problemas en mover partidas de un frente a otro, pero sí en engrosar los números. «Muchos de nosotros tenemos equilibrio fiscal en nuestras provincias, ya hicimos los deberes. La pelota la tiene Nación», responden del otro lado.
Por estas horas, el oficialismo atraviesa uno de sus mejores momentos. Envalentonado por números positivos en la macroeconomía, el Presidente no da el brazo a torcer ante la insistencia de provincias y legisladores. Poco importan, de momento, las escasas bancas con las que LLA cuenta en el Congreso. La tensión permanente con sus contendientes es una de las marcas de la administración que comanda Milei.
Concretamente, gobernadores dialoguistas como Alfredo Cornejo (Mendoza) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) realizaban gestiones para reunirse esta semana en Casa Rosada junto a los jefes de bloque de la UCR, Rodrigo de Loredo; Encuentro Federal, Miguel Pichetto; y del PRO, Cristian Ritondo, para acercar posiciones. Como es habitual, sus interlocutores serían el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y su segundo, Lisandro Catalán. Sin embargo, la cumbre fue freezada desde Balcarce 50.
El Presupuesto no es un tema más para ninguna de las partes. Las provincias lo necesitan para diagramar sus propias hojas de ruta, mientras que la Argentina debe enviar señales de seguridad a los mercados y al FMI. Como es habitual, buena parte del arco político desea acompañar el proyecto de Milei, pero reclama un gesto que destrabe cuestiones puntuales. «Es mejor una ley mala a que no haya ley», confió días atrás una diputada a Ámbito.
Los reclamos de los gobernadores
Obra pública, cajas previsionales, mayor volumen de Coparticipación Federal, distribución equitativa de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y deudas del Consenso Fiscal 2017 son algunos de los ítems que agitan los mandatarios. En otros reclamos, como la disolución del Fondo Nacional de Incentivo Docente y del Fondo Compensador del Interior, los distritos parecen haberse resignado.
En concreto, Milei profundiza un proceso que comenzó tiempo atrás y que sostiene de manera exitosa: la separación de las ligas de gobernadores. Lo hizo tanto con las alianzas partidarias como con las regionales. Por ejemplo, semanas atrás, recibió por separado a los caciques de la UCR y del PRO y aliados, alejándolos del extinto abroquelamiento de Juntos por el Cambio (JxC).
También logró alejar a provincialistas como Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro) de Unión por la Patria (UP), fuerza de la que fueron aliados hasta el año pasado. Lo propio hizo con los peronistas Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca), cultores de una posición autónoma con la Casa Rosada.
Además, el movimiento apunta a aislar a los opositores más duros: Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur), Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Buenos Aires (Axel Kicillof).