Pablo Ruiz sobre su adicción: “Todos son amigos mientras tenés droga y después te quedás solo…”
Pablo Ruiz era apenas un niño cuando comenzó su carrera de cantante en Festilindo. Y, a finales de la década del 80, ya había lanzado su álbum debut y conmovía a grandes y chicos con temas como Oh, mamá, ella me ha besado o Mi chica ideal. Entonces, todos aseguraban que el futuro de Pablito -como se lo conocía- estaría ligado al éxito. Sin embargo, cuando ni siquiera él tenía definida su orientación sexual, los medios empezaron a hablar de esto. Y los prejuicios de la época hicieron que, por este motivo, se cayeran muchos de sus contratos.
En diálogo con Gastón Pauls para Seres Libres, el ciclo de entrevistas de Crónica HD, Pablo reconoció que de a poco aquella situación lo fue sumiendo en las adicciones.
“Fue muy violento, muy rápido. Es tener todo al alcance y vivir cosas muy fuertes, como que se hable de tu vida sexual a los 12 años en la televisión y te señalen con el dedo sin saber vos mismo qué te está pasando realmente, porque a esa edad todavía no tenés en claro ese tipo de cosas”, comenzó diciendo sobre su abrupta llegada a la fama. En tanto, en relación a aquellos primeros años y cómo hizo para sobrellevarlos, el cantante explicó: “No es que de un día para el otro lo podés controlar, tienen que pasar miles de cosas. Primero que nada tenés que tener la contención de una familia, de mi vieja, que siempre estuvo. También un lado espiritual que ella me enseñó de muy chico y también me ayudó”. Sin embargo, no siempre la situación estuvo en sus manos.
Pablo contó que, lo que lo hizo reflexionar sobre lo vivido en aquel tiempo, fue el parate obligado por la pandemia del coronavirus. ¿Qué fue lo que desembocó en el consumo de droga? “La compañía discográfica rescindió mi contrato por mi sexualidad, porque no lo podían controlar y no sabían cómo manejar eso. Aparte, yo tenía 20 años y nunca decidí esconderme entre cuatro paredes, decidí salir y hacer mi vida normalmente, tener novios. Entonces dijeron: ‘Bueno, hasta acá llegaste’”, empezó contando Ruiz. Y explicó: “Hasta ahí (la droga) había sido siempre como un escape, diversión, fiestas electrónicas, pero ya después de ese hecho empecé a tocar fondo. Al no poder expresar mi arte, no poder cantar y tener unos contratos que eran también por parte de mis managers leoninos, me tuve que ir de México para no trabajar más con esas personas. Y al volver a Argentina empezó a ser más fuerte. Lo hacía porque estaba deprimido, necesitaba escapar y un montón de cosas”.
Indagado por Pauls, Pablo dio detalles de esa etapa de su vida. “Fueron seis años más o menos. La cocaína, empecé con eso. Antes eran otras como el éxtasis, más de la electrónica y pasarla bien. En la cocaína encontraba esa verborragia de poder estar con amigos y poder sacar toda la mier… que tenés adentro y poder arreglar el mundo, que por ahí es ficticio, hablar de todo y solucionar todo en una noche”, confesó.
Pero remarcó: “Se convierte en algo que no va a ningún lado, que no te deja dormir. Los bajones son terribles y no es divertido. Todos son amigos tuyos hasta que tenés o podés compartir y, después, te quedás solo en el bajón”.
En ese momento, Pauls quiso que explicara qué era, exactamente, ese bajón del que estaba hablando. “Es cuando ya estás solo, no podés dormir, tenés miles de fantasmas en tu cabeza y ahí se viene toda la oscuridad y todos lo que realmente estás sintiendo. En ese momento viene todo los que te está pasando, te empieza a pasar factura todo”, respondió Pablo.