Murió la cantante irlandesa Sinéad O’Connor
Su familia confirmó su fallecimiento. La cantante, que perdió a su hijo de 17 años en 2022, estaba trabajando en un nuevo álbum para 2024.
Conocida tanto por sus opiniones contundentes sobre la religión, el sexo, el feminismo y la guerra como por su música, algunos la recuerdan por haber roto una foto del papa Juan Pablo II durante una aparición televisiva en «Saturday Night Live». «Todo el mundo quiere a una estrella del pop», escribió en sus memorias de 2021, «Rememberings». «Pero yo soy una cantante de protesta. Sólo tenía cosas que sacar de mi pecho. No tenía ningún deseo de fama».
O’Connor se convirtió al Islam en 2018 y cambió su nombre a Shuhada Sadaqat, aunque siguió actuando bajo el nombre de Sinead O’Connor.
«Su música era apreciada en todo el mundo y su talento era incomparable», publicó el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, en la red social X, antes conocida como Twitter, compartiendo sus condolencias con «todos los que amaban su música».
La lucha de Sinéad O’Connor con las enfermedades mentales
La cantante Sinéad O’Connor indicó en una entrevista de 2007 que había sido diagnosticada con desorden bipolar en 2003 y que había intentado quitarse la vida en 1999 durante su cumpleaños número 33. Siete años después, sin embargo, aseguró que había tenido otras tres opiniones de que no era ese síndrome lo que ella sufría.
En 2015, la artista publicó en su Facebook que había tenido una sobredosis, después de una serie de peleas con Donal Lunny, su exesposo y padre de su hijo Shane. La policía de Irlanda confirmó después que habían encontrado a O’Connor y que se encontraba «sana y salva» recibiendo atención médica.
Además, en agosto de 2017, publicó un video confesando que sufría de tres enfermedades mentales y que se sentía sola después de perder la custodia de su hijo, que tenía 13 años entonces. Confesó en esa publicación que había intentado suicidarse durante varios años y que solo sus psiquiatras y médicos la mantenían con vida. Finalmente había pedido que alguien en su familia la cuidara y que era «una entre millones» que eran estigmatizadas por su salud mental.
El Centro de Atención al Suicida (CAS) atiende de forma anónima, gratuita y voluntaria en la línea 135. La técnica que utiliza es la “escucha activa”, con intervenciones orientadas a que el consultante hable. La línea es gratis llamando desde CABA o Gran Buenos Aires; y los números (011) 5275-1135 o el 0800 345 1435 son para todo el país