Murió Billy Cafaro, el gran pionero del rock and roll en Argentina

En las primeras horas de ayer se produjo la muerte de Billy Cafaro, a los 84 años, el cantante que con su primer aporte se convirtió en el gran pionero del rock and roll en la Argentina.

Aun no se conocen las causas del deceso del músico nacido en 1934 en Buenos Aires que soñaba con ser un solista de boleros y que llegó a la industria musical en la segunda mitad de los años cincuenta.

En esa época, la búsqueda de los productores iba por otro lado, por otros ritmos. Y así lo entendió Cafaro quien, con 24 años, se convirtió en ídolo juvenil gracias a su versión de “Only You”, el éxito de Los Plateros y, principalmente, a la grabación de “Pity, Pity”, el tema de Paul Anka del que se vendieron más de 300 mil copias (vendió 100.000 copias más que “La Balsa”), un verdadero suceso para la época.

Sus canciones se difundían por radio El Mundo y a medida que su fama crecía la zona de la emisora ubicada en Maipú 555, donde hoy funciona Radio Nacional, se llenaba de seguidores suyos, al punto de que Cafaro tenía que trasladarse en helicóptero y aterrizar a pocas cuadras del lugar, en el Obelisco.
Pero su impresionante suceso, que lo convirtió en un éxito sin par y la primera estrella del rock argentino no fue duradero.

Luego de grabar un tema de rock and roll llamado “Kriminal tango”, se ganó el odio de los tangueros que interpretaron la canción como una burla, y los grandes medios lo bajaron de sus emisiones.

Con ese hecho su suerte cambió, la fama se esfumó y llegó el autoexilio a España, dónde fue a intentar revivir su carrera.
De regreso a la Argentina, en pleno furor del Club del Clan, él, que había sido el precursor de ese estilo de música pensada para la juventud de la época, no pudo ser más que un invitado de sus ya establecidos ídolos como Palito Ortega.

Como lo recuerdan Lito Nebbia, Rubén Rada y Gustavo Santaolalla en el primer episodio de la serie documental de Netflix, Rompan todo: la historia del rock en América Latina, Cafaro se destacaba por su look de barba candado, un verdadero acto de rebeldía para la época y su impecable swing que hizo de “Pity, Pity” un himno que marcó aquellos tiempos del cambio de década.
Lo realmente extraño fue que alcanzó una fama extraordinaria, y su primer gran éxito se transformaría también en su último éxito.

En los años setenta grabó dos canciones de Dino Ramos, “En el Silencio Azul” y “Un Dios de Arena”, pero pasaría más de una década hasta lallegada de un nuevo material discográfico.

Más tarde se ganó la vida como remisero, y de la fama sólo le quedó un recuerdo.

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