El seleccionado argentino de rugby volvió a dar un golpe en suelo australiano con un partido que quedará en la memoria por la tensión de los últimos minutos. Los Pumas se impusieron por 28 a 26 a los Wallabies en el Allianz Stadium de Sídney, resultado que les permite recomponerse tras la caída sufrida en Townsville la semana pasada y volver a meterse de lleno en la pelea del Rugby Championship.
El arranque mostró a un equipo argentino agresivo y concentrado, con la fórmula de presión y disciplina que Contepomi busca imponer. Santiago Carreras abrió el tanteador con un penal y enseguida apareció la figura del capitán Julián Montoya, que interceptó una pelota suelta y apoyó el único try argentino en una tarde especial: fue su partido número 50 llevando la cinta. El propio Carreras, máximo artillero del torneo, sumó con el pie y estiró diferencias que llegaron a ser de 19 a 7 al cierre del primer tiempo, un marcador que reflejaba el dominio albiceleste en todos los aspectos del juego.
La segunda mitad comenzó con la misma tónica. Otro penal de Carreras amplió la ventaja a 25-7 y todo parecía encaminado para una victoria sin sobresaltos. En ese momento, Contepomi movió el banco y dio minutos a referentes como Pablo Matera para sostener la intensidad, pero la amarilla a Carreras por un knock-on intencional abrió un escenario totalmente distinto. Con un hombre de más, Australia encontró espacios y se lanzó con todo al ataque.
El golpe fue inmediato. Andrew Kellaway apoyó el primero de los tries de la remontada y, poco después, Filipo Daugunu se encargó de volver a meter a los locales en partido. La diferencia se achicó y el Allianz Stadium explotó, mientras los Pumas pasaban de controlar el trámite a sufrirlo. El tercer try australiano, nuevamente de Daugunu, llegó en una jugada polémica que debió invalidarse por un pase forward, pero el árbitro Christophe Ridley dejó seguir y James O’Connor sumó la conversión que dejó el tanteador 28 a 26 a pocos minutos del final.
El cierre fue para el infarto. Los Wallabies arremetieron con todo en busca de revertir la historia, pero la defensa argentina resistió con tackles decisivos y una entrega total. El pitazo final se celebró casi como un try propio: era la confirmación de una victoria tan ajustada como valiosa, en una cancha siempre complicada y ante un rival que no perdona.
Con este resultado, Los Pumas sumaron su segundo triunfo en el certamen y ratificaron que, más allá de altibajos, el equipo muestra carácter y respuestas en momentos límite.
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