Los entretelones de la renuncia de Gerardo Werthein

El enojo presidencial. Los pedidos de Estados Unidos. El perfil del nuevo canciller. Los cambios en el gabinete.

 

Gerardo Werthein, el ahora renunciado canciller, debe haber percibido la semana pasada que el vínculo con el presidente Javier Milei ya no era el de antes. En medios oficiales se comenta que se cometieron “muchos errores” en el último encuentro con Donald Trump y hay hasta quienes hablan en la Casa Rosada de una suerte de “boicot” que podría haber afectado seriamente el vínculo entre Argentina y los Estados Unidos.

Los críticos de Werthein lo responsabilizan por la falta de traductores en el almuerzo de trabajo que se realizó en la Sala de Gabinete de la Casa Blanca la semana pasada, algo habitual en este tipo de encuentros. La reunión de Trump y Milei se vio opacada por la falta de intérpretes en medio de un papelón diplomático que dejó descolocado al presidente argentino provocándole “un gran enojo”.

También lo acusan de “haber trabado” el acuerdo arancelario entre ambas naciones, cuestión que vinculan a las patentes medicinales.

Dicen que por esta interferencia no se llegó a celebrar el acuerdo comercial en el marco de la primera visita oficial del presidente argentino, como estaba previsto originalmente. Y los más agresivos deslizan que “defiende intereses chinos”.

Los encuentros que tuvo Milei con Trump fueron el resultado de gestiones de la agencia Tactic, contratada oficialmente vía la SIDE, justamente para llevar a cabo las gestiones de lobby, según se argumentan en el entorno del asesor presidencial Santiago Caputo.

Esta empresa cuenta en su estructura con Matt Schlapp, CEO de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Estados Unidos, y su esposa Mercedes “Mercy” Schlapp, una exfuncionaria de Trump (fue directora de Comunicaciones Estratégicas durante su primer mandato).

Asimismo, un lugar destacado ocupa el estratega Barry Bennett. Se comenta que esta agencia fue artífice de los canales informales por donde se fueron canalizando demandas de ambos países. Y particularmente el fuerte respaldo financiero del Tesoro norteamericano.

Werthein renunció a la Cancillería, ¿quién será su reemplazo?

Werthein renunció a la Cancillería, ¿quién será su reemplazo?

En el entorno presidencial se señala que Werthein supo mantener un buen vínculo con Milei cuando era embajador en los Estados Unidos. El jefe de Estado “solía subirlo al avión presidencial aún en tiempos en los que Diana Mondino era canciller”. Y agregan que “por personalidad el presidente se sentía más cómodo con Werthein” que con Mondino.

Hoy, Werthein es receptor de serias críticas por su gestión al frente de la Cancillería. “No se ocupaba, ascendió a numerosos embajadores kirchneristas y concentraba sus esfuerzos en cuidar sus intereses”, comentan en la Rosada y dicen que en el ministerio de Relaciones Exteriores no lamentaron su partida.

Werthein hizo trascender el pasado fin de semana que iba a dejar su puesto después de las elecciones, sostienen en medios diplomáticos, con la intención de buscar un respaldo a su persona. Al no conseguirlo, días después renunció provocando disgusto en el presidente, comentan en la Rosada.

Reemplazo de Gerardo Werthein

“El futuro canciller tiene que ser alguien que maneje muy bien las relaciones con los Estados Unidos”, comentan en medios diplomáticos.

Sucede que Milei definió su alianza estratégica con la primera potencia y la administración Trump lo retribuyó con una ayuda extraordinaria para que el gobierno argentino pueda continuar sin mayores sobresaltos.

También, lógicamente, se señala que el futuro encargado de las relaciones exteriores debe tener una vinculación estrecha con el Ministerio de Economía.

Entre los posibles candidatos se mencionan al actual embajador ante los Estados Unidos, Alejandro Oxenford y al diplomático de carrera Juan Carlos Kreckler.

También se escucharon los nombres de Fulvio Pompeo y Federico Pinedo, ambos del PRO, aunque hay quienes consideran que sería extraño que el jefe de Estado ceda este relevante cargo a un aliado político.

Otro requisito es que el futuro canciller tiene que contar con el visto bueno tanto de Karina Milei como de Santiago Caputo, según se señala en la Casa Rosada.

Mensaje

El mensaje que recibió el gobierno nacional fue claro: la administración republicana condiciona su apoyo financiero y económico a cambios políticos que den sustentabilidad al proceso iniciado por los libertarios, incluyendo una reestructuración del gabinete de ministros inmediatamente después de las elecciones del 26 de octubre.

Que Milei logre los consensos necesarios para asegurar la continuidad de sus políticas y lleve adelante reformas estructurales es clave, según la interpretación de la diplomacia de la Casa Blanca.

La evaluación que se realiza en Washington es que los fundamentals de la economía argentina han mejorado sustancialmente, pero les preocupa que el giro iniciado por La Libertad Avanza (LLA) quedaría en la nada si regresara el populismo.

Por esta razón pretenden que los libertarios convoquen a representantes de fuerzas políticas con ideas parecidas, incluyendo a los gobernadores de provincias afines, ya que consideran inviable conducir en soledad, de manera hegemónica.

La mención de los mandatarios provinciales no es casual. La estrategia de la administración Trump apunta no sólo a un salvataje financiero para la Argentina, también – y principalmente – a la generación de negocios para las empresas estadounidenses en territorio argentino. Se trata de un paquete de inversiones estimado en el orden de los u$s70.000 millones, particularmente en recursos que se consideran estratégicos como minerales (uranio, litio y tierras raras).

Debe tenerse en cuenta que hoy la industria norteamericana depende en buena medida de la provisión de estos materiales de China, su principal enemigo geopolítico. De ahí que el gobierno republicano impulse el proceso de friendshoringes decir trasladar la producción a países que son aliados políticos y económicos (amigos), retirándose de aquellos considerados riesgosos o rivales.

Cambios

Milei ya anuncio que introducirá cambios en su gabinete de ministros y que estos dependerán del resultado electoral.

En algún momento trascendió que, si Francos dejaba el cargo, Manuel Adorni lo reemplazaría. Ahora volvió esta versión dado que sería una manera salomónica que tendría Milei para resolver la interna.

El vocero presidencial responde a Karina y podría ejercer el cargo de jefe de gabinete ya que tiene “dialogo con todos los ministerios”. Y durante su gestión comunicacional nunca se enfrentó con Santiago Caputo.

Sobre este último, el presidente Milei en un reportaje admitió la posibilidad de que su asesor estrella ocupe un lugar importante en su gobierno, es decir un cargo ministerial.

Uno de los nombres que se menciona es a Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón, posiblemente ocupando el ministerio de Seguridad en reemplazo de Patricia Bullrich, en el marco de un acercamiento al macrismo.

Otra salida que se habla es la de Mariano Cuneo Libarona y, lógicamente, se estima que dicho cargo sería ocupado por Sebastián Amerio, un hombre de Caputo.

En tanto para el Ministerio de Defensa, cargo que dejará Luis Petri, se escuchó el nombre del jefe del Estado Mayor General del Ejército, teniente general Carlos Alberto Presti con contactos en las fuerzas de los Estados Unidos.

Tampoco queda claro qué pasará con los Menem. Reiteradamente se especuló con que Martin sería reemplazado por Cristian Ritondo en la presidencia de la Cámara de Diputados. Y, se estima que Eduardo “Lule” Menem, estrecho colaborador de Karina en la Secretaría de la Presidencia, no tendría más cabida en el gobierno.

Santiago Caputo no tiene interés en ser jefe de gabinete. En más de una oportunidad Milei le ofreció esta posición y siempre obtuvo un rechazo como respuesta.

Todavía no está resuelto, pero tiende a crecer la posibilidad que Santiago Caputo pase a ocupar el cargo de ministro del Interior (en reemplazo de Lisandro Catalán, un hombre cercano Francos, enfrentado al asesor estrella).

Dado su rol político, particularmente en el armado de los consensos que debería estructurar el gobierno libertario, la cartera de Interior serviría para el vínculo tanto con los partidos como con los gobernadores.

En la Casa Rosada dicen que el nuevo gabinete lo decide el propio presidente “casi en soledad” y que quizás pueda llegar a sorprender con alguna designación.

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