La Tierra se derrite: una misión científica al Ártico fue a buscar nieve y se encontró con flores

Una expedición científica al archipiélago Svalbard, situado en el mar Glacial Ártico, al norte de Noruega, alarmó a los expertos en pleno invierno boreal por hallar tundra y lagos en lugar de un paisaje congelado y temperaturas bajo cero. Expertos explican los efectos del calentamiento global

El Ártico, tradicionalmente símbolo de un invierno perpetuamente blanco y gélido, está mostrando un rostro inquietante y desconocido. En pleno invierno boreal, en febrero de 2025, un equipo internacional de científicos vivió en primera persona un episodio de deshielo sin precedentes durante una campaña de trabajo de campo en las islas Svalbard, situadas en el Mar del Ártico, al norte de Noruega.

Lo que encontraron no solo trastocó sus planes de investigación, sino que puso en evidencia la velocidad y magnitud del cambio climático en la región.

Svalbard experimenta un calentamiento seisSvalbard experimenta un calentamiento seis a siete veces superior al promedio global, con inviernos cada vez menos fríos y más lluviosos (Nature)

“Svalbard se ubica en la vanguardia de la crisis climática, con un calentamiento de seis a siete veces superior al promedio global. Las temperaturas invernales allí aumentan casi el doble de lo que crecen las medias anuales, rompiendo el patrón histórico de inviernos intensamente fríos”, describen los científicos del equipo que publicaron los resultados de su investigación en la revista Nature Communications a fin de julio.

Estar en charcos de agua en la entrada del glaciar, o en la tundra desnuda y verde, fue impactante y surrealista”, relató James A. Bradley, profesor de Ciencias Ambientales en la Universidad Queen Mary de Londres y uno de los investigadores presentes.

En cuestión de días, la espesa capa de nieve que cubría el paisaje desapareció. Los científicos, equipados para el frío extremo con gruesas capas térmicas, guantes y gruesas camperas de plumones aislantes, terminaron trabajando bajo la lluvia y con las manos descubiertas en pleno glaciar.

En febrero de 2025 científicosEn febrero de 2025 científicos presenciaron un episodio de deshielo invernal sin precedentes en las islas Svalbard al norte de Noruega (Nature)

Este cambio abrupto no fue solo un inconveniente logístico; alteró de forma directa los objetivos del viaje. Laura Molares Moncayo, doctora en ciencias y coautora del estudio, explicó que el plan original era recolectar nieve fresca para establecer una línea de base representativa de los procesos invernales.

“Durante un período de dos semanas, solo pudimos recolectar nieve fresca una vez, ya que la mayor parte de la precipitación cayó en forma de lluvia”, señaló la experta estudiante de doctorado en Queen Mary y el Museo de Historia Natural, y coautora del estudio.

La falta de nevadas en pleno invierno, sumada a temperaturas superiores a 0 °C, no solo dificulta el trabajo científico, sino que transforma el entorno físico y la dinámica de los ecosistemas locales.

El equipo internacional encontró tundra
El equipo internacional encontró tundra verde y charcos en la entrada de un glaciar, una escena impensada para un invierno ártico (Nature)

Los investigadores observaron lagos temporales formados por agua de deshielo sobre suelo congelado, extensas áreas sin capa nival y un aumento repentino de actividad biológica. Bradley describió cómo el equipo que había preparado parecía una reliquia de otro clima, un símbolo involuntario de cómo la realidad está superando las proyecciones.

El período invernal está experimentando las tasas más altas de calentamiento con temperaturas invernales en Svalbard aumentando a casi el doble del promedio anual. Mientras tanto, las tendencias centenarias para la precipitación anual en el oeste de Svalbard muestran aumentos del 3-4 % por década, de la cual una mayor proporción cae en forma de lluvia.

Como tal, en los últimos 40 años, los eventos de lluvia sobre nieve han aumentado significativamente, y se proyecta que la lluvia se convierta en la forma dominante de precipitación en el Ártico para fines de este siglo”, describieron los científicos.

La falta de nieve yLa falta de nieve y la lluvia en pleno invierno alteraron la logística y los objetivos de la campaña científica en el Ártico (Nature)

Y describieron que este año, las temperaturas del aire en invierno en el Ártico estuvieron entre las más cálidas jamás registrada. En Ny-Ålesund, el asentamiento permanente más septentrional del mundo, situado en el noroeste de Svalbard y aproximadamente a 1200 km del Polo Norte, la temperatura media del aire en febrero de 2025 fue de -3,3 °C, considerablemente más alta que la media de 1961-2001 para esta época del año de -15 °C, y alcanzó un máximo de 4,7 °C.

Este calor sostenido, junto con las lluvias prolongadas, desencadenó un derretimiento generalizado de la nieve y el hielo. Cuando el calentamiento invernal cruza el umbral de 0 °C, marca más que una simple anomalía cálida: señala un cambio fundamental en la dinámica del invierno en el Ártico. Los episodios de deshielo invernal pueden tener consecuencias ambientales significativas y duraderas, como influir en la formación de la capa de hielo, desencadenar la activación microbiana, alterar la descarga de nutrientes y afectar al deshielo del permafrost y la formación de hielo subterráneo”, describieron.

Vista general de hielo marinoVista general de hielo marino en el océano Ártico, cerca de la costa de Svalbard, Noruega. Las temperaturas invernales en Svalbard aumentan casi el doble que la media anual, rompiendo el patrón histórico de fríos intensos (REUTERS/Lisi Niesner)

Estos eventos se insertan en un patrón que ya no es raro, sino recurrente: el calentamiento invernal en el Ártico está dejando de ser la excepción para convertirse en una característica estable de un sistema climático profundamente alterado.

La aceleración del deshielo amenaza con amplificar procesos de retroalimentación, como la degradación microbiana del carbono en el permafrost y la liberación de gases de efecto invernadero. El impacto no se limita a la vida microscópica: afecta desde la fauna icónica del Ártico hasta las cadenas tróficas que dependen del hielo como soporte de sus ciclos vitales.

Entre 2022 y 2024 seEntre 2022 y 2024 se registró la mayor pérdida trienal de masa glaciar documentada según organismos internacionales (Nature)

En diálogo con InfobaeDiego Araneo, investigador en ciencias de la atmósfera del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), del Conicet en Mendoza, explicó: “Efectivamente, las regiones adyacentes al polo norte son las que registran las mayores tendencias de calentamiento desde hace décadas y las que los modelos de previsión climática señalan con mayores anomalías positivas de temperatura”.

Y añadió: “Lo que hoy se observa en el Ártico es lo que se preveía desde hace muchos años en base a escenarios de emisión de gases de efecto invernadero como los actuales. También los estudios han alertado sobre umbrales o puntos de no retorno, que son niveles de calentamiento que sí son alcanzados y sobrepasados, será imposible que el sistema climático retorne a las condiciones previas, debido a que entraría en un nuevo régimen de equilibrio, es decir, no podría volverse a los climas que conocíamos aún si las emisiones se anularan por completo”.

La falta de hielo enLa falta de hielo en el Ártico está modificando el clima en la región

Adrián Silva Busso, doctor en geología e investigador especializado en Hidrogeología aclaró a Infobae que hay dos enfoques en esta noticia. “Por un lado el del calentamiento global con una vinculación antrópica, y por el otro el de la variabilidad climática, que es un fenómeno conocido a través de la historia geológica. Yo soy de los que están persuadidos de que el calentamiento global no solo se debe a causas antrópicas y creo que hay una variabilidad climática que va pasando por ciclos a veces un poco más cálidos y a veces un poco más fríos. Y pienso que la intervención del hombre en ese calentamiento o enfriamiento, si fuera el caso, no me queda claramente definida ni claramente demostrada”, sostuvo Silva Busso.

Las causas antrópicas del cambio climático se refieren a las alteraciones significativas del clima terrestre causadas por las actividades humanas, principalmente desde la Revolución Industrial. Estas actividades incluyen la quema de combustibles fósiles, la deforestación, la ganadería, y otras prácticas que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Solo en 2024 el planetaSolo en 2024 el planeta perdió 450000 millones de toneladas de hielo, el cuarto peor registro desde que existen mediciones (Nature)

En principio no asumo la premisa fundamental que la Tierra se calienta por culpa de los seres humanos. Hay evidencia geológica de que la Tierra ha estado en periodos de mayor temperatura, más benignos, como se suele decir, y que los seres humanos prácticamente no tenían manera de interactuar climáticamente”, agregó.

“En el Ártico, por cuestiones de la dinámica terrestre, en algún momento va a ser un poco más cálido. Y zonas que a lo mejor estaban cubiertas de hielo, se descubrirán y áreas que a lo mejor no eran favorables para la vida, lo serán. Y cuando vuelva un periodo más frío, pasará a la inversa. Y esta situación va formando a lo largo del tiempo como un serrucho de periodos cálidos, periodos fríos, periodos cálidos, periodos fríos. Para seguir la tendencia, hay que verla a lo largo de mucho tiempo y no en los últimos 5 o 10 años”, concluyó.

Glaciares en retroceso y hielo marino en mínimos históricos

La extensión del hielo marinoLa extensión del hielo marino del Ártico el 19 de septiembre de 2023 fue de 4,23 millones de kilómetros cuadrados. Fue el sexto mínimo de verano más pequeño registrado. La línea naranja muestra la extensión promedio (NOAA CLIMATE)

El episodio de Svalbard no es un caso aislado, sino parte de un panorama global de pérdida acelerada de hielo. En cinco de los últimos seis años, los glaciares del planeta experimentaron el retroceso más rápido desde que existen registros. Entre 2022 y 2024 se produjo la mayor pérdida trienal de masa glaciar documentada, según el Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares y la Organización Meteorológica Mundial. Solo en 2024, el mundo perdió 450.000 millones de toneladas de hielo, el cuarto peor registro histórico.

El profesor Michael Zemp, director del WGMS, resumió la magnitud de la pérdida con una imagen impactante: “Esto equivale a un enorme bloque de hielo del tamaño de Alemania con un grosor de 25 metros”. Desde 1975, los glaciares —excluyendo Groenlandia y la Antártida— han perdido más de 9 billones de toneladas de masa. En muchas regiones, esta desaparición significa la reducción drástica de una fuente vital de agua dulce, de la que dependen cientos de millones de personas durante las estaciones secas.

Desde 1975 los glaciares fueraDesde 1975 los glaciares fuera de Groenlandia y la Antártida han perdido más de 9 billones de toneladas de masa glaciar (Imagen Ilustrativa Infobae)

La desigualdad en la velocidad del retroceso es notable. En Europa Central, algunos glaciares han perdido hasta el 40 % de su hielo desde el año 2000. El proyecto Glacier Mass Balance Intercomparison Exercise (GlaMBIE) calculó que en las últimas dos décadas el planeta perdió 6.542 billones de toneladas de masa glaciar, un volumen suficiente para abastecer durante tres décadas a toda la población mundial con tres litros de agua por persona al día.

El deshielo glaciar también influye de forma directa en el aumento del nivel del mar. Desde el inicio del siglo, su aporte representa 18 milímetros del ascenso global, suficiente para poner en riesgo a entre 200.000 y 300.000 personas adicionales por cada milímetro. Los glaciares se consolidan como el segundo factor más importante en esta tendencia, detrás del calentamiento de los océanos.

El desafío de un Ártico eternamente helado

Algunos glaciares de Europa CentralAlgunos glaciares de Europa Central han perdido hasta el 40 por ciento de su masa desde el año 2000 por el acelerado deshielo (NOAA)

Mientras tanto, el hielo marino del Ártico registró en 2024 su peor acumulación invernal en 47 años de observaciones. El máximo de marzo, que marca el final del crecimiento estacional, se situó en 14,33 millones de kilómetros cuadrados, unos 80.000 kilómetros cuadrados por debajo del récord anterior de 2017. “El aumento de las temperaturas es lo que está provocando la pérdida de hielo”, afirmó Walt Meier, especialista en datos sobre hielo. “El hielo marino, en particular, es muy sensible… 31 grados es para patinar sobre hielo y 33 grados es para nadar”, agregó.

La fragilidad del hielo restante preocupa tanto como su extensión. Julienne Stroeve, investigadora de la Universidad de Manitoba, advirtió que ahora es más delgado y, por lo tanto, más vulnerable a derretirse rápidamente durante el verano. Esto repercute en la biodiversidad: osos polares con menos áreas para cazar, focas con ciclos reproductivos comprometidos y comunidades humanas afectadas en su subsistencia.

Desde 1979, el Ártico perdióDesde 1979, el Ártico perdió más de dos millones de kilómetros cuadrados de hielo invernal, un área similar a la de Pakistán (Svalbard.gov)

Pero el problema no se limita a las especies polares. La reducción de la diferencia de temperatura y presión entre el Ártico y latitudes medias debilita la corriente en chorro, una barrera natural que regula el clima. Su alteración provoca que los sistemas meteorológicos se desplacen de forma irregular o se estanquen, generando tormentas más intensas o periodos inusuales de frío en zonas alejadas del Polo Norte.

Jennifer Francis, científica del Centro de Investigación Climática Woodwell, lo describió como “un sistema de alerta temprana que nos alerta sobre una variedad de cambios difíciles de ver”.

La reducción de la diferenciaLa reducción de la diferencia de temperatura y presión entre el Ártico y latitudes medias debilita la corriente en chorro

Desde 1979, el Ártico perdió más de dos millones de kilómetros cuadrados de hielo invernal, un área comparable al tamaño de Pakistán. La temporada estival es particularmente crítica: las aguas libres de hielo absorben más calor, lo que alimenta un ciclo de calentamiento que prolonga y agrava el deshielo en los años siguientes.

Los científicos advierten que, si bien estos registros son alarmantes, lo más preocupante es que el ritmo de los cambios supera las previsiones. Lo que en décadas pasadas se consideraba un escenario extremo para finales de siglo ya se está observando en el presente.

El Ártico, el gran termómetro del planeta, está marcando una temperatura que ningún otro lugar puede ignorar.

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