La inflación de diciembre de 2022 fue del 5,1%, según el INDEC

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer dato de inflación de diciembre que subió al 5,1%.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer que el dato de inflación de diciembre subió al 5,1% desde los 4,9% que había marcado en noviembre. El IPC para todo 2022 culminó en 94,8%, el mayor nivel en 32 años.

Así, se trató de la cifra anual más alta desde 1991 ya que para alcanzar un mayor valor hay que remontarse a 1990 cuando la suba de precios fue del 1.343,9%. En el ´91 alcanzó el 84%, periodo en el que comenzó a regir la convertibilidad. De los últimos años la más alta había sido en el 2021 con el 50,9%.

Seis rubros estuvieron por encima de la medición general. De hecho dos de ellos superaron el 7%: se trata de Restaurantes y hoteles (+7,2%), seguida por Bebidas alcohólicas y tabaco (+7,1%). También subieron con fuerza en diciembre, Equipamiento y mantenimiento del hogar (+5,9%), en el que impactó el aumento al servicio doméstico, Transporte (+5,8%) por el alza a los combustibles, y Salud (+5,7%) por las subas de las cuotas de medicina prepaga.

La suba de Alimentos y bebidas no alcohólicas (+4,7%) fue la que más incidió en la mayoría de las regiones pero estuvo debajo de la medición general. El alza se debió al «el aumento defrutas, aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos. Pan y cereales y, en algunas de las regiones, verduras, tubérculos y legumbres». A su vez, el IPC Núcleo (+5,3%) lideró el alza mensual, seguido por Regulados (+5,1%), donde impactaron, entre otras, las subas de combustibles y de las cuotas de medicina prepaga– y Estacionales (+4,6%).

En cuanto a los valores por región, la más alta fue para el GBA con el 5,3%, después se encontraron la zona Pampeana (+5,1%), Cuyo (+5%), Noreste (+4,8%), Noroeste (+4,7%), y Patagonia (+4,5%).

Sobre las mediciones mensuales durante el 2022, la mayor fue en julio (+7,4%), seguido por agosto (+7%), y marzo (+6,7). En octubre fue del 6,3%, en septiembre del 6,2%, y en abril del 6%. Junio fue del 5,3%, y 5,1% se repitió en diciembre y mayo. Los meses con menor valor fueron: noviembre (+4,9%), febrero (+4,7%) y enero (+3,9%).

Qué opinan los analistas

El economista Gonzalo Semilla, jefe de CREEBBA, en diálogo con Ámbito sostuvo que «la desaceleración de la inflación de noviembre (+4,9%) se convirtió en una noticia alentadora, sobre todo al alcanzar en julio pasado el máximo nivel del IPC con un 7,4%» pero que «de todas formas era muy prematuro confirmar que la tendencia se mantuviera por el mismo sendero, considerando que diciembre se caracteriza por ser un mes con ingredientes estacionales, principalmente el capítulo Esparcimiento (turismo, gastronomía, etc.) y Bebidas alcohólicas y tabaco (asociado al clima veraniego). Ambos capítulos son los que incidieron con fuerza en el índice final».

«Con los acuerdos de precios con el sector de alimentos (Precios Justos), los avances para acuerdos con los sectores de la construcción y de artículos escolares (estacional en febrero-marzo), entre otros, y la contención de la categoría regulados (servicios básicamente), todos ellos pueden constituirse en barreras al alza de los precios en los próximos meses. Si bien las estimaciones oscilan entre el 5,6% y 6% para el futuro próximo, el oficialismo espera que se corrijan a la baja ubicándose en valores entre el 4,5% y 5%», amplió Semilla sobre lo que podría venir.

El economista de Ecolatina, Santiago Manoukian, dijo que la medición de diciembre «estuvo en línea con nuestras expectativas» y que «marca un segundo mes consecutivo (noviembre fue del 4,9%) de clara moderación en la dinámica inflacionaria después de aquel promedio del 7,2% tuvimos entre julio y agosto y posteriormente septiembre y octubre bajando a la zona del 6%».

«El año termina con una inflación cercana al 95%, la más elevada desde la salida de la hiperinflación. Cabe recordar que en octubre 1991 fue del 102%», dijo y, sobre las causas que elevaron la medición, opinó que se debió a dos shock: «La guerra en Ucrania que generó una mayor presión en los precios de la energía y los alimentos y la salida de Martín Guzmán a inicios de julio que generó mucha incertidumbre con una suba de la brecha cambiaria».

En cuanto a los meses siguientes, Manoukian mencionó: «Se va a sumar el posible impacto de la sequía sobre el precio de los alimentos, un potenciar despertar de la carne vacuna que viene rezagado, la propia dinámica salarial, los ajustes pendientes de las tarifas de servicios públicos, y las restricciones sobre las importaciones; factores que van a seguir presionando sobre el nivel de precios. Pero la moderación del crawling peg con el set de acuerdo de precios cerrados recientemente permitarán mantener contenida la becha».

Por su parte, el economista Jorge Neyro también coincidió en que «la inflación de diciembre dio dentro del rango esperado» y en cuanto a la aceleración respecto de noviembre sostuvo que se debió a los aumentos de precios regulados, como las prepagas, y los precios estacionales, como Hoteles y Restaurantes, que es «muy activo en el verano».

«Los alimentos subieron 4,7% que es un poco por encima de lo que promueve el programa Precios Justos», explicó Neyro y remarcó que sobre los precios de la carne, «la gran sequía implicó una gran liquidación de cabezas de ganado por lo tanto los precios se mantuvieron muy estables pero una vez que la lluvia se normalice y empiece el proceso de recomposición de stock ganadero la oferta será mucho menor y los precios tenderían a aumentar». Destacó que para los meses siguientes se esperan subas en los precios regulados impulsados por las prepagas, el transporte, y los servicios de luz y gas.

Camilo Tiscornia, director C&T Asesores Económicos, informó, por su parte, que los «los datos del arranque de enero muestran una aceleración de los precios de los alimentos y bebidas junto con un salto estacional en los rubros vinculados al turismo, lo que anticipa otro mes sin baja de la inflación».

Juan Manuel Franco, economista Jefe de Grupo SBS, destacó que «de los 12 meses de 2022, en sólo 3 se registró una inflación menor a 5% tanto a nivel general como núcleo». «Mirando hacia 2023, los datos de alta frecuencia apuntaron a una aceleración inflacionaria en la primera semana de enero, aunque se trata de un fenómeno usual en el inicio de cada mes. De todas formas, la expansión de pesos de cierre de 2022 fue importante y podría implicar que, una vez disipados los efectos favorables de la estacionalidad en la demanda de pesos, la inflación pueda acelerarse desde febrero en adelante«.

«Las perspectivas para el 202,3 según el REM, indican que la desaceleración inflacionaria no será sostenible. El mercado espera un nivel del 98.4% para el año en curso, muy lejos de la postura del Gobierno del 60%. Con altos niveles de inflación y expectativas de que la misma se mantenga en estos niveles, consideramos que el BCRA seguirá esperando para un eventual recorte de tasas», cerró Lucas Yatche Head of Strategy and Investments de Liebre Capital.

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