José Luis Espert rompió el silencio y reconoció recibir dinero de Fred Machado: «Nada que esconder»
En medio del escándalo, el candidato libertario dijo "pecar de ingenuo" y admitió cobrar plata de empresas vinculadas al empresario acusado de narcotraficante.

El mensaje completo de José Luis Espert sobre Fred Machado
«Me siento en la necesidad de hablarle a todos los argentinos de frente y con total sinceridad. Ante las noticias que han trascendido a partir de la denuncia del candidato a diputado kirchnerista Grabois, me siento en la obligación de darles una explicación sobre asuntos de mi actividad privada antes de ser funcionario público. Porque nosotros somos distintos, no somos como ellos. Ya dije cómo conocí al Sr. Machado. Me lo presentó el Dr. Pablo de Luca, como un empresario exitoso y admirador de mi apuesta por una opción liberal para la Argentina.
A comienzo de 2019, Federico Machado me propuso presentar mi libro La sociedad cómplice en Viena, su ciudad natal. Ofreció llevarme en su avión, acepté y se lo agradecí públicamente. Ese mismo año decidí involucrarme en política y me postulé como candidato presidencial.
Nunca había participado de una elección y no tenía ni idea de cómo era el detrás de la escena de la política. En ese momento, la ciudad de la libertad, después de muchos años, volvían a sonar fuerte en Argentina y se me acercaron muchas personas. Federico Machado fue uno de ellas, al igual que quienes nos prestaron el sello electoral con el que competimos. Repito, Machado fue uno de los tantos que ayudaron en la campaña de 2019.
Además, Machado me dijo que una empresa minera vinculada a él necesitaba de mis servicios como economista. Me contactó entonces el señor Iván Morales de la empresa Minas del Pueblo de Guatemala, tuvimos una reunión hacia mediados de 2019. Lo que me solicitó fue asesoramiento sobre distintos proyectos que tenían y sobre todo consejo para reestructurar la deuda de la empresa que estaba activa y que tenía pocos años de existencia.
Le dije que me interesaba, pero que tendría que esperar al fin del proceso electoral para volver a la actividad profesional. Ese mismo año competí en las elecciones presidenciales y perdí como en la guerra y entonces volví a mi actividad privada. En enero de 2020, nuevamente ejerciendo mi profesión como consultor económico y habiendo finalmente firmado un contrato con aquella empresa, comencé a recabar información para emprender el trabajo acordado.
A principio de febrero de ese año, reitero, terminada la elección y totalmente dedicado a mi actividad de privada de consultor, recibí un adelanto en virtud de ese contrato. Fue en una cuenta a mi nombre radicada en Estados Unidos y que estaba declarada en la Argentina. Nada que esconder.
Es más, una de las condiciones que puse es que el pago de los $200 000 se hiciera exclusivamente por transferencia desde otro banco que también estuviera en Estados Unidos, de manera que la operación fuera totalmente transparente, porque cuando uno recibe un pago en Estados Unidos, lo hace dentro de uno de los sistemas más controlados y estrictos del mundo.
Ahí interviene una red de controles financieros que incluyen normas antilavado y mecanismo de prevención contra cualquier tipo de delito. No se trató de un pago del señor Machado, sino de una empresa que solicitaba mis servicios profesionales.
Habíamos quedado en que viajaría a Guatemala para recabar más información, conocer a la empresa y reunirme con sus responsables, pero el COVID frustró mi viaje, interrumpiéndose definitivamente la relación con la empresa que me contratara.
Finalmente, ya por abril de 2021, me enteré por los medios de la existencia de un pedido de captura internacional contra el señor Machado, buscado por la justicia norteamericana por actividades vinculadas al narcotráfico y a estafas a compradores y a vendedores de aviones. Que de eso cabe y me entré en pánico. Nunca imaginé que podía pasarme una cosa así en mi vida.
No tenía la menor idea y nunca la tuve de estas supuestas actividades y presuntas actividades actividades ilícitas del señor Machado, que se hicieron públicas mucho después de concluir mi relación contractual.
Quiero dejar claro: uno, los pagos que se me hicieron no fueron de campaña ni el ejercicio de la función pública, sino producto de mi actividad privada.
Dos, jamás recibí fondos que no se encontrasen debidamente justificados.
Tres, jamás recibí fondos de los que se pudiera siquiera sospechar de origen ilícito. Cuatro. Los trabajos por los que cobré fueron solo preparatorios o de migración propia. Quinto. Puedo haber pecado ingenuo, pero delincuente jamás.
Hace 4 años inventaron esta campaña sucia que hoy repiten. Grabois volvió a levantar los mismos argumentos y encima ahora se mete con mi familia. La usa como supuesta prueba de mi crecimiento patrimonial. Les cuento que en 2018 falleció mi padre. Junto con mis hermanos heredamos en Pergamino el campo que él trabajó toda su vida. Es por eso que en los años siguientes mi patrimonio crece, porque empecé a cobrar un dinero del que antes no tenía.
Obviamente grabó y esto no le importa, porque no le importa chequear estas cosas. Lo único que quiere es ensuciarnos y ensuciar la campaña. Quieren que los argentinos crean que somos todos lo mismo y se resignen para que nada cambie. Lo que queda claro con todo esto es que en Argentina está todo al revés.
Los ciudadanos privados somos los que damos explicaciones una y otra vez, mientras los políticos corruptos que hace décadas viven de los recursos de los más pobres, no da nunca ninguna explicación. Por eso tenemos la responsabilidad de no aflojar, de no dejarnos psicopatía y de seguir trabajando para tener el mejor resultado posible en las elecciones de octubre próximo.
No podemos tirar por la borda todo el esfuerzo que hemos hecho en estos dos años y que vuelvan los mismos de siempre. Los que dirían esta operación han demostrado que son capaces de cualquier cosa para recuperar el poder. Muchísimas gracias.»