Emiliano Kargieman, el argentino que conquista el espacio con sus microsatélites
Poderosos y potentes. Así son los microsatélites que produce la empresa argentina Satellogic que son capaces de capturar imágenes de alta resolución a un costo entre 50 y 100 veces menor que los tradicionales, con el objetivo de democratizar el acceso a este tipo de información.
“Hoy somos la compañía en el mundo con mayor capacidad de captura de datos en alta resolución sobre la superficie de la Tierra”, remarca, en diálogo con Infobae, Emiliano Kargieman, que fundó Satellogic, junto con Gerardo Richarte, en 2010. La empresa, con ADN argentino y alcance mundial, ya cuenta con más de 190 empleados y tiene oficinas en el país así como en Uruguay, China, España, Israel y Estados Unidos.
Hace unas semanas, Satellogic fue noticia porque puso en órbita diez nuevos satélites de observación de la Tierra con la capacidad de remapear el planeta con alta resolución y alta frecuencia. Con este lanzamiento, la empresa ya tiene una constelación de 21 satélites en órbita.
Esta nueva generación de satélites, que miden apenas 80 centímetros de alto y pesan 40 kilos, captura imágenes con una resolución de 70 centímetros, lo que permite contar con información más detallada del mundo para la toma de decisiones en diferentes industrias y gobiernos ya sea para la distribución de recursos energéticos, control de fronteras u optimización de la agricultura, por mencionar algunos ejemplos.
Infobae entrevistó a Emiliano Kargieman para conocer un poco más sobre este proyecto con el que busca resolver los grandes problemas de la humanidad como son la utilización y optimización del uso de los recursos disponibles.
-¿Qué es lo más interesante del servicio que ofrece Satellogic?
– Lo que nosotros hemos hecho y que nadie hizo es hacer satélites que pueden sacar fotos desde una plataforma pequeña de manera constante sobre toda la Tierra y sobre todo con un costo por satélite y un costo por cada kilómetro cuadrado capturado que es muchísimo más bajo que cualquier otra cosa. Si lo mirás en términos de lo que producen los satélites, de las imágenes que sacamos, nuestro costo por imagen es 50 veces más bajo que el del competidor más cercano y cientos de veces más bajo que los competidores que siguen.
Entonces tenemos una plataforma que nos da la posibilidad de ver lo que pasa en el planeta con órdenes de magnitud de ventaja de costos que es interesante en sí mismo porque nos permite bajar el costo de las imágenes, pero lo más interesante no es que seamos un proveedor de bajo costo de imágenes satelitales, sino que bajar tantas veces el costo nos permite pensar en modelos de negocios completamente nuevos en esta industria donde ya no tenemos que ir y apuntar los satélites a un lugar determinado para brindarle una foto a un cliente sino que ya podemos empezar a pensar en poner una cantidad suficiente de satélites para capturar toda la superficie de la tierra en alta resolución y eso nos permite empezar a distribuir esos datos básicamente con lo que en la jerga se conoce como costo marginal muy bajo, que básicamente quiere decir que el costo que tenemos de incorporar un nuevo cliente es tan bajo que podemos democratizar el acceso a este tipo de información.
– Y esa es la clave del proyecto
-Empezamos de una ventaja tecnológica que nos da una ventaja de costo y esta ventaja de costo la transformamos en una ventaja de modelo de negocios que nos permite cumplir con esa misión con la que empezamos, que es democratizar el acceso de la información de origen satelital para que sea una fuente de datos que nos permita ir y solucionar algunos de los problemas más grandes de la humanidad.
-Esos grandes problemas de la humanidad están vinculados, entre otras cuestiones, a la provisión y distribución de alimentos. De hecho es uno de los temas que está mencionado en la página (de Satellogic), ¿pero cómo pensás que se puede usar esta tecnología para resolver ese tema y otros grandes problemas del mundo?
-Yo creo que si lo pensás, uno de los problemas más grandes de nuestra época es un problema de utilización y optimización del uso de recursos. Tenemos suficiente energía solar, por ejemplo, que llega a la tierra; tenemos suficiente tierra cultivable como para alimentar a millones de personas, como para darle suficiente energía para que todos tengan una calidad de vida del primer mundo y podemos hacerlo con los recursos que tenemos, sin dinamitar el futuro de la Tierra. Lo podemos hacer de una manera sostenible, sin embargo no lo hacemos así. Hoy el problema no es la disponibilidad de recursos sino de cómo usamos esos recursos, qué hacemos con esos recursos. Y esto lo decimos en un sentido amplio, a nivel de países, corporaciones, pequeñas empresas, individuos pero sobre todo a partir de la decisión colectiva que emerge de todas las decisiones individuales que cada uno de nosotros tomamos. No es necesario que estemos en un camino donde distribuimos mal esos recursos y haya gente que sufre escasez, y por otro lado dañamos el planeta y consumimos recursos de generaciones futuras. Entonces el problema de cómo resolver eso un problema de optimización y la utilización de recursos. Pero lo que nosotros nos dimos cuenta, hace muchos años, es que para atacar ese problema necesitamos información fresca, necesitamos información de alta resolución con mucha frecuencia para poder ver lo que pasa en el planeta y tomar mejores decisiones, o por lo menos poder ver dónde nos estamos equivocando con las decisiones y corregirlas.
-Y así surgió Satellogic
-Esa información es la que cuando empezamos Satellogic allá por 2010 nos dimos cuenta que no existía, al menos de manera accesible, para todo el mundo; y un poco el problema que nosotros nos propusimos resolver era eso conseguir una fuente de datos para ver lo que pasa en la superficie del planeta para mejorar la toma de decisiones. Algunas de las industrias que van a estar impactadas más inmediatamente son la agricultura, todo lo que tiene que ver con producción y distribución de alimento, con las cadenas de proveedores en agricultura, con todo lo que es logística de fertilizantes, logística de herbicidas, uso del agua. También con la optimización de decisiones sobre qué plantar y dónde plantarlo para maximizar rindes, para que las cosas estén cerca de donde van a ser consumidas, para que no tengamos sobreoferta de algunas cosas y escasez de otras.
-¿Qué otras industrias se pueden ver impactadas por el acceso a esta información?
-Todas esas decisiones van desde cuestiones del precio de un commodity como puede ser la soja y el trigo en el mercado, a cuestiones de seguridad alimentaria para un país o cuestiones de cómo controlar una cadena de valor o una cadena de distribuidores por todo el mundo de, por ejemplo una compañía que hace cápsulas de café y sale a comprar café de proveedores de 20 países distintos; o cómo implementar mejores prácticas del cuidado del suelo para cerrar los ciclos de carbono. Entonces hay un montón de aplicaciones en agricultura que tienen un gran impacto, que van más allá de la agricultura y que van a lo que es la seguridad alimentaria, pero después hay un montón de aplicaciones en energía que van desde el monitoreo de fuente de energías no renovables como petróleo y gas hasta identificar los lugares donde establecer parques solares o eólicos, o para hacer una gestión y control de, por ejemplo, la represas para poder predecir la futura producción del as plantas hidroeléctricas y con eso poder entender cómo dimensionar la red de energía, así como también trabajar sobre las cuestiones de seguridad energética de los países. Estos son algunos de los grandes problemas: energía, alimentación, agua y recursos naturales que yo creo que están en el núcleo de esta problemática global y de gran escala.
-¿Hay gobiernos que hayan comenzado a implementar estas soluciones que ofrecen ustedes para resolver algunas de estas cuestiones?
-Sí, totalmente. Estamos trabajando con gobiernos en distintos lugares del mundo, desde Latinoamérica hasta Asia pasando por Medio Oriente y Europa. Y justamente el tipo de cosas que estamos trabajando tiene que ver con el monitoreo de producción y de distribución de bienes. También, en algunos casos, con el control de fronteras. Hay toda una temática alrededor de la problemática de utilización y explotación de recursos que tiene que ver con el cambio climático y seguimiento de los efectos del cambio climático y relacionado con eso la migración de personas a través de fronteras. Entonces para nosotros son todas temáticas que están todas relacionadas y que tiene que ver con la disponibilidad de recursos y que son el tipo de cosas que les interesan a los gobiernos.
-¿Argentina está entre esos gobiernos que usan los servicios de Satellogic?
-Con Argentina no estamos trabajando.
-¿Y en Latinoamérica con qué países están trabajando?
-No podemos nombrar clientes específicos, tenemos algunas cuestiones de confidencialidad y hay algunos que podemos nombrar y otros no, pero sí te puedo decir que con Argentina hoy no estamos trabajando. Obviamente somos una compañía argentina, por lo menos tenemos un ADN argentino y tenemos la mayor parte de nuestro equipo de producción y de investigación y desarrollo en Argentina. Si bien hoy fabricamos nuevos satélites en Uruguay y tenemos un equipo de investigación y desarrollo también acá en España, hay un equipo en Tel Aviv , y si querés somos una compañía multinacional. Nos consideramos una multinacional de origen y ADN argentino, entonces en ese sentido siempre tenemos ganas de trabajar con Argentina para ayudar en lo que podamos pero como dicen: “Nadie es profeta en su tierra”
-¿Pero qué pasa? ¿No han tenido diálogo con Argentina?
-Hemos tenido diálogo con todos los gobiernos desde que empezamos este proyecto y una muy buena relación y un muy buen diálogo con todos los gobiernos. Cuando empezamos la compañía en 2011, y decidimos mudarnos a Argentina en 2011 trabajamos bastante de cerca con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, incluso con el Invap en Bariloche, así que hemos tenido, en ese sentido, desde el punto de vista del rol del estado argentino en nuestro desarrollo nosotros creemos que somos un lindo ejemplo del rol o de uno de los roles que puede tener el estado como impulsor de innovación en un sector como es el sector espacial, porque nos basamos en historia argentina muy rica en el sector, con gente que acumuló experiencia durante muchas décadas por quizás esas coincidencias coyunturales; Argentina ha invertido a través de gobiernos de todo signo político, durante décadas de manera constante en el área de tecnología espacial así que nosotros obviamente nos hemos parado sobre los hombros de los que vinieron antes que nosotros y hemos aprendido mucho de esa tradición argentina de ciencia y tecnología enfocada en el sector espacial. En ese sentido y con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología al principio y del Invap, podemos decir que somos un producto de innovación en gran parte de una inversión en ciencia y tecnología del estado argentino y en ese sentido casi un ejemplo de libro. Después también somos un ejemplo de libro de un montón de cosas que Argentina no hace bien para sostener proyectos innovadores a largo plazo y una de esas cosa que Argentina no hace bien es ser un buen cliente de proyectos de este tipo y entonces para nosotros no lo ha sido.
-¿ Por qué creés que Argentina es un “mal cliente” y no se ha subido a esta opción que ustedes ofrecen?
-Yo creo que hay desde cuestiones de presupuesto hasta cuestiones como que el Estado argentino no es lo que se conoce como un early adopter (adoptante temprano) de la tecnología. Hay sectores de la economía argentina muy dinámicos como es el agro que adoptan tecnología muy rápido y son los sectores que han adoptado tecnología más rápido en el mundo, dentro de sus industrias específicas. En el estado argentino uno no puede decir lo mismo: el estado argentino no es un “early adopter” de tecnología que ha sostenido o sostiene un ecosistema innovador. En ese sentido la verdad que no hay nada más lejos. Y bueno, obviamente están todas las otras cuestiones que conocemos quienes queremos hacer emprendimientos en Argentina: la falta de reglas claras, la falta de visibilidad a largo plazo, los volantazos que hacen que uno no pueda entender cómo hacer inversiones a largo plazo y en qué contexto hacer inversiones a largo plazo. En particular, en relación a lo que nosotros hacemos, todas las restricciones alrededor de las exportaciones e importaciones de componentes para fabricar cosas, para tener incluso cosas de alto valor agregado como la que hacemos nosotros y exportarlas al mundo, Argentina probablemente sea uno de los lugares más desfavorecidos que uno pudiera pensar. Entonces hay un montón de sentidos en los que no funciona bien el país para este tipo de emprendimientos. Hay otros sentidos en los que sí: el apoyo temprano en nuestro sector en particular, espacial, la inversión en ciencia y tecnología de forma constante, casi como política de estado a través de varios gobiernos; obviamente la capacidad de la gente, el conocimiento y la formación de un universo relativamente pequeño de gente pero de gente muy bien formada. Y esa capacidad de pensar fuera de la caja que también, en algún sentido, es tan nuestra y sobre todo esa capacidad de tomar riesgos y emprender, de hacer cosas; quizás también forzados por todas las crisis que hemos pasado. Es una cosa tan idiosincrática del país, que lo destaca casi en cualquier métrica de emprendedurismo de la región.
-Ese “pensar fuera de la caja” es algo que tenemos casi en el ADN porque estamos justamente acostumbrados a esos volantazos que decís vos
-Sí, tal cual, después obviamente la contraparte de eso es que los argentinos tenemos una tendencia a creernos que somos mucho más especiales de lo que somos o que estamos condenados al éxito y eso obviamente desde el punto de vista cultural es un poco contraproducente para levantarse todos los días con el riesgo y el trabajo que implica construir un proyecto de este tipo.
-¿Cómo es el modelo de negocios de Satellogic?
-Nosotros tenemos dos modelos de negocios sobre los cuales estamos trabajando. Uno que es donde hoy estamos más enfocados, que está muy direccionado a gobierno y que nosotros llamamos “satélite como servicio” donde la idea es que un gobierno, en lugar de comprar o fabricar un satélite para tomar imágenes de lo que pasa en su territorio, puede contratar de Satellogic el uso de un número de satélites de nuestra constelación sobre el territorio que le interesa para usarlos como si fueran propios. Es una modalidad como si fuera “software as a service”, que en este caso sería el “satellite as a service”, como una idea de cloud computing pero llevada al espacio. Y ese modelo es un modelo muy innovador dentro del sector de observación de la tierra para gobierno. Somos la primera compañía que lo ha implementado. Lo podemos hacer por estas ventajas tecnológicas y de costo; y realmente nos está yendo muy bien con este modelo. No es el fin último de lo que estamos construyendo, sino que lo que estamos haciendo es desarrollar esta tecnología y poner en órbita la infraestructura que nos va a permitir implementar nuestro modelo de negocios hacia la industria o sector comercial de manera más masiva y que tiene que ver con esto que te contaba antes de poner suficientes satélites en órbita que nos permitan remapear la superficie de la tierra y distribuir estos datos de software como servicio pero en un nuevo modelo de suscripción y por un costo lo suficientemente bajo que soporte desarrollar todo tipo de aplicaciones para estas industrias: agricultura, forestal, energía, seguros, cartografía y demás. Ese modelo estamos a medio camino de implementarlo y vamos a terminar de implementarlo en la medida en que tengamos un poco más de satélites en órbita.
-Hoy ya tienen una constelación de 21 satélites ¿cuantos más quieren poner en órbita?
-Nuestro objetivo a largo plazo es estar operando con una constelación de 300 satélites. Para hacer remapeos semanales de toda la superficie de la tierra necesitamos llegar a 60 satélites, que esto va a ser un buen paso intermedio. Y estos 300 y pico de satélites que queremos operar nos va a permitir hacer remapeos diarios en toda la superficie del planeta, que es un poco el objetivo con el que armamos esta constelación.
-Con estos 21 satélites que tiene hoy en órbita, ¿con qué frecuencia se hacen los remapeos?
-Hoy tenemos la capacidad de remapear áreas muy grandes cada 30, 40 días y podemos revisitar ciertos puntos de interés, si hay algo que a un cliente específico le interesa mirar, dos o tres veces por día.
-Más allá de la infraestructura y el mayor despliegue de satélites, ¿van a incorporar alguna innovación a nivel tecnológico?
-Nosotros tenemos una generación nueva de nuestros satélites que hacemos aproximadamente cada 8 meses y en cada generación nueva que hacemos incorporamos cambios tecnológicos, nueva tecnología y seguimos haciendo evolucionar nuestra plataforma para tener mayor resolución, mejor calidad de imagen para poder capturar más kilómetros cuadrados de imagen por cada satélite, para bajar más datos, procesar más datos en órbita. Tenemos toda una serie de líneas de desarrollo de tecnología donde estamos incorporando capacidades nuevas en los satélites, prácticamente de manera constante en cada generación que hacemos y eso va a seguir. No es que nosotros hicimos un modelo de satélite y dijimos “vamos a estar diez años usando ese modelo de satélites”. Cada más o menos 8 meses estamos sacando un modelo nuevo, casi como si fuera un teléfono celular.
-Se están usando satélites para comunicaciones hace años y cada vez hay más despliegues de este tipo, estoy pensando por ejemplo en los nuevos proyectos de Jeff Bezos o Elon Musk. Una de las cuestiones que a veces preocupa con el aumento de satélites en órbita es la basura espacial, ¿que se puede hacer para resolver esto?
-Sí y preocupa obviamente. Nosotros particularmente con los satélites que ponemos en órbita tenemos la capacidad de desorbitarlos nosotros si hace falta. Y si no hacemos nada, después de unos 4 o 5 años los satélites naturalmente re ingresan en la atmósfera y como vienen a tanta velocidad y son tan pequeños se desintegran completamente. Entonces nosotros, en nuestro caso, nos aseguramos de no dejar basura en el espacio pero como industria obviamente es un tema que es cada vez más importante y que vamos a tener que resolver. Va a tener que haber nuevas regulaciones. Hoy la verdad que toda la industria trabaja con mejores prácticas y hasta en un sentido se autorregula tratando de poner sus propias prácticas y mecanismos para atacar el tema de la basura espacial. La realidad es que cada vez estamos con más cosas en órbita y se está congestionado. Nosotros a esta altura diría que al menos una vez cada 15, 20 días tenemos una alerta con una potencial colisión entre algunos de nuestros satélites y alguna otra cosa que anda dando vueltas. El espacio es muy grande y esas cosas pasan lo suficientemente lejos como para que no haga falta más que monitorearlo, pero en algunos casos nos ha pasado que, al menos dos veces este último año hemos tenido que hacer alguna maniobra con los satélites para evitar algo que nos pasaba o nos iba a pasar relativamente cerca. Ahora, por ejemplo, estamos en unos estadíos relativamente tempranos de la tecnología que estamos poniendo en órbita, así que es posible que esto se vaya a complicar cada vez más y eventualmente esto va tener que ser regulado.
-¿Cuál fue el momento “eureka” en 2010 en el que te dijiste: “Voy a dedicarme a esto, este es el problema y voy resolverlo”?
-Lo del problema creo que fue algo que empecé a pensar en 2009. Tenía un fondo de inversión de riesgo en Argentina que se llamaba Aconcagua Ventures y hacíamos inversiones early stage (en un estadío inicial) en tecnología y algo que me pasaba es que yo me sentía muy decepcionado con el tipo de proyectos que veíamos en el fondo. Y me sentía desilusionado porque sentía que había un montón de gente brillante que en mi cabeza no iban a tener el impacto en el mundo que esas mentes brillantes tenían que tener. Y eso me llevó a pensar a mí qué problemas tenía resolver, que problemas me hubiera gustado que las compañías que yo veía en Aconcagua estuvieran resolviendo y ahí me puse a pensar mucho en esto de la producción y distribución de alimentos, de energía, gestión del agua y otros recursos naturales y empecé a entender esto: no solo que la utilización de esos recursos es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, sino que además no lo estábamos atacando de manera correcta. Eso fue ahí por el 2009 que me di cuenta de esto, después de eso empecé como un pequeño peregrinaje alrededor del mundo donde fui tratando de aprender cosas sobre la problemática como el panorama tecnológico para atacarlas, hasta que una noche sentado frente a un rotafolio empecé a entender no solo que los satélites estaban bien posicionados para resolver esta problemática sino que se me ocurrió una manera en que podrá aprovechar mi formación y lo que yo sabia de la industria de la tecnología de la información para repensar la forma en que se hacían esos satélites para que algo que parecía totalmente inviable desde el punto de vista económico con la tecnología satelital que teníamos en ese momento pudiera volverse viable, si bien implicaba rehacer los satélites o rediseñar desde cero pensando en hacer cosas muchísimas más baratas de las que se hacían en ese momento. Eso fue una noche a mediados de 2010, creo que fue el principio de la aventura.