El rescate de un emblemático avión de Malvinas que revolucionó a una ciudad de Córdoba
Se trata del Fokker F-28 "Islas Malvinas", una de las primeras naves que aterrizaron en Puerto Argentino en 1982. Iba a ser desguazada. El Museo Nacional de Malvinas de Oliva la sumó a su muestra permanente con una gran fiesta popular.
Travesía
El Fokker F-28 5-T-20 “Islas Malvinas” tuvo una destacada labor durante la guerra de Malvinas, realizando distintos vuelos sanitarios entre el continente y Puerto Argentino y eludiendo el bloqueo británico. Fue el avión que trajo el cuerpo de Pedro Giachino, el primer caído de la contienda. En 2008, la nave pasó a retiro y quedó abandonada en Ezeiza, hasta que el MUNAM la encontró.
Si bien su traslado había sido planeado para noviembre, complicaciones burocráticas hicieron que se postergara hasta ahora. En ese lapso, cientos de personas aportaron dinero y recursos para concretar la odisea. Por caso, Matías Villamayor, el dueño de una empresa de grúas, cedió maquinaria y personal para el operativo de forma gratuita.
Lo propio hizo Aerolíneas Argentinas, que prestó grúas y equipamiento y se encargó del lavado de la nave. También la firma Expreso Lancioni, cuya donación consistió en llevar las distintas piezas a Córdoba.
En diálogo con Ámbito, Gabriel Fioni, director del MUNAM, cuenta: «Cuando Matías se contactó conmigo, le agradecí y le pregunté por el presupuesto. ‘No, no, esto es gratis. No cobramos nada’, me dijo. Aerolíneas Argentinas nos puso a disposición absolutamente todo: las máquinas de lavado de los aviones, que lo dejaron impecable, y todos los cricquets para levantarlo».
«Ha sido un mecano: tanto en Buenos Aires como en Oliva. Acá trabajaron herrerías, torneros, la gente que hace hidráulica. Fue una cosa increíble», grafica.
La travesía comenzó el martes de la semana pasada, cuando el avión partió de Ezeiza, y culminó con su llegada a Oliva el miércoles a la noche, en medio de una verdadera fiesta popular, que por su magnitud dificultó el ingreso de la caravana al predio del Museo Malvinas. Una vez allí, el Fokker fue rearmado el sábado y puesto a punto para la gran presentación del día siguiente: el 2 de Abril.
2 de Abril: la presentación
Ese domingo, el acto por los 41 años del inicio del Conflicto del Atlántico Sur contó con la presencia de la tripulación del avión y con la de la familia de Milton Galíndez, soldado oriundo de Oliva fallecido posteriormente a la guerra, que había viajado en esa nave durante la contienda.
«El acto fue muy emotivo. Estuvieron los Bomberos Voluntarios, que bautizaron el avión con agua. Nosotros tapamos la escalera con una bandera y ellos la descubrieron. Subió primero la esposa del soldado Galíndez; después, Urbina, Cantelle y Fossati, que viajaron en el avión», relata Fioni.
Precisamente, una de las perlas de la jornada la protagonizó Juan Ramón Fossati, suboficial segundo de la Armada durante la guerra, que formó parte de la crew del «Islas Malvinas». En el acto, mencionó que tenía una donación para hacer el museo.
Fioni narra: «Nosotros tenemos una mesa sobre el palco, donde colocamos las donaciones. Mi esposa me decía ‘no está la donación de este hombre, nos está diciendo que va a donar algo y no lo tenemos’. Estaban todos viendo qué iba a pasar».
«Fossati sacó la campera de vuelo y dijo: ‘Yo le quiero donar al museo mi campera de vuelo, que me acompañó 4.500 horas durante toda mi vida operativa en la Armada y quiero que se quede acá, con mi avión. La gente lloraba, fue una cuestión muy emotiva», completa el director.
Tras el acto, que duró cerca de 40 minutos, se realizó la apertura oficial del avión y del museo y se corrió la tradicional maratón Héroes de Malvinas.
Exhibición
Ahora, con el objetivo cumplido, el emblemático avión ya descansa en su nueva casa. «Mucha gente de Oliva, con muy buen criterio, le dejó el lugar a la gente de afuera el 2 de abril. Siendo fin de semana largo, que viene mucha gente de Buenos Aires y baja gente de Córdoba, va a haber mucho movimiento», anticipan desde el MUNAM.
En ese sentido, el museo anuncia que «el jueves hay contingentes y visitas guiadas. El viernes, por una cuestión de respeto, no vamos a abrir. El sábado ya hay contingentes también y el domingo, por ser pascuas, después del mediodía vamos a abrir el avión. Es muy probable que el sábado también lo abramos».
Para completar el rescate y saldar las deudas del proceso, el Museo Nacional de Malvinas necesita recaudar cerca $1.200.000. Por ese motivo, continúa con la campaña para que la gente pueda donar dinero. Hasta el momento, ya alcanzaron los $800.000.
Malvinas: causa colectiva
A modo de cierre, Fioni destaca el altruismo de todas las personas y firmas que colaboraron desinteresadamente por el salvataje de una pieza histórica.
Al respecto, dice: «La cooperativa de Obras y Servicios Públicos nos prestó dos hidráulicos con el balde para que pudieran operar en zonas altas y complementar con la grúa. Desde Oncativo nos prestaron unas fajas especiales para mover el avión en altura».
«La parroquia nos prestó la casa parroquial para que los trabajadores pudieran alojarse ahí. Las panaderías nos donaron el pan y los criollitos, los supermercados nos donaron comidas, bebidas. Las verdulerías nos dieron tomate, lechuga. Las casas que hacen comida mandaron empanadas, pizzas. Desde el campo nos donaron un lechón, diez pollos», relata.
Y, por último, dice: «La verdad es que fue eso: un mecano histórico».