El Obispo ordenó a dos jóvenes diáconos de la Orden Franciscana
El Obispo Diocesano de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, presidió la misa en el transcurso de la cual fueron ordenados dos diáconos de la Orden Franciscana. La misma fue celebrada en el templo de San Francisco, ubicado en calle Esquiú entre Rivadavia y Sarmiento, y contó con la presencia de sacerdotes y religiosos venidos de diferentes provincias para participar de este importante momento de la congregación que camina en Catamarca. También estuvieron presentes los dos diáconos diocesanos ordenados recientemente.
En la ceremonia fueron ordenados diáconos Marcelino Aquino, oriundo de Paraguay, y Sebastián Sotelo, proveniente de la vecina provincia de Jujuy. El templo fue llenado por susfamiliares y amigos, además de los frailes de la orden religiosa llegados desde distintos puntos del país.
Durante la homilía, el Pastor de la Iglesia catamarqueña agradeció a Dios por los hermanos que decidieron seguir el llamado de Cristo al servicio y entrega de sus vidas en esta Orden de San Francisco de Asís. Los animó con las palabras del Evangelio diciéndoles: “Si obran según la Palabra de Dios, nadie hará nada en contra de ustedes, si los ven buenos, serviciales con sus hermanos, siempre los recibirán”. Y agregó: “Pero si ustedes no son coherentes en su obrar, si no están en comunión con Dios, los rechazarán, los perseguirán y hasta los atacarán”. Recordó el testimonio de tantos franciscanos en todo el mundo y en todas las épocas, que no fueron rechazados en sus lugares de evangelización por las autoridades de otras religiones o culturas, “porque eran hombres de bien”, afirmó. Antes de finalizar su sermón, exhortó a los jóvenes a confiar siempre en la Inmaculada del Valle, para que como Madre los guíe de la mano hasta el corazón de Jesús, “para que Él sea el amor de sus vidas, sea toda su vida”.
Continuando con el rito de consagración diaconal, los candidatos hicieron votos de castidad y celibato, como signo de total consagración a la Iglesia, y juraron obediencia al Obispo y a sus superiores.
Seguidamente los fieles reunidos rezaron las letanías de los Santos pidiendo por los hermanos consagrados y sus familias, mientras permanecían postrados frente al altar. Al levantarse, los nuevos diáconos fueron recibidos con un caluroso aplauso.
Los flamantes diáconos fueron revestidos con los ornamentos característicos: la estola cruzada y la dalmática; luego el obispo les hizo entrega de los Evangelios, instándoles a que crean lo que proclaman y lo practiquen en sus vidas.
Antes de la bendición del Obispo, los religiosos franciscanos agradecieron a Dios por un año lleno de bendiciones y gracias derramadas sobre la orden, a Mons. Luis por estar presente en este momento tan especial, teniendo en cuenta su reciente llegada de viaje y las festividades marianas, que se están llevando a cabo, y a todos los que llegaron para compartir este acontecimiento en verdadera hermandad.
El P. Fernando Lapiérre, quien tiene a cargo el convento catamarqueño, agradeció a todos los que hicieron posible la hermosa ceremonia y expresó se reconocimiento a los nuevos diáconos por elegir este convento como su casa, y a ellos como sus hermanos y amigos.
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