El Gobierno descarta pedir la nulidad de la sesión que destituyó a Edgardo Kueider del Senado
Aunque el presidente Javier Milei calificó la reunión como "inválida", el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó que no se avanzará con un pedido formal de nulidad.
La destitución de Kueider, miembro clave dentro del bloque oficialista, fue impulsada por sectores alineados con la vicepresidenta Victoria Villarruel, con quien Milei mantiene una creciente disputa política. Este episodio se suma a una serie de tensiones entre ambos líderes, que no solo comparten el poder ejecutivo sino también una relación marcada por desacuerdos estratégicos y enfrentamientos internos.
La sombra de los desacuerdos entre el Ejecutivo y el Senado
El caso de Kueider ha evidenciado las fracturas entre el oficialismo y la conducción de la Cámara Alta, encabezada por Villarruel. Desde el entorno presidencial, algunos allegados han sugerido que la vicepresidenta habría actuado con «autonomía excesiva», desafiando las directrices del Ejecutivo en un tema políticamente sensible.
A pesar de la decisión de no judicializar el asunto, el presidente Milei ha dejado entrever que se evaluarán nuevas estrategias para evitar que situaciones similares erosionen su agenda legislativa en el futuro. Mientras tanto, la oposición también observa el caso de cerca, anticipando un escenario político aún más polarizado en los próximos meses.
La mirada del Gobierno sobre lo ocurrido con Edgardo Kueider
En Balcarce 50 consideran que la vicepresidenta salió perdiendo tras la sesión del jueves, aunque en el Gobierno todavía mastican la bronca por la expulsión, que hizo que el lugar de Kueider sea ocupado por la camporista Stefania Cora. Según pudo reconstruir este medio, la estrategia de Villarruel en un principio era lograr la suspensión del senador, pero no contaba con la rebelión de miembros del PRO y la UCR. Tras infructuosas negociaciones con jefes de bloques que demoraron el inicio de la sesión, finalmente se votó por apartarlo.