El documento final de la CELAC, punto por punto: del compromiso con la democracia a la integración regional
La "Declaración de Buenos Aires" consta de 111 puntos y 28 páginas donde se destacan la recuperación económica post pandemia y la necesidad de trabajar para reducir la pobreza.
Al mismo tiempo, el documento recoge las críticas realizadas contra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su par de Venezuela, Nicolás Maduro, y reafirma – de manera colateral, sin mencionarlos – que la celebración de «elecciones libres, periódicas, transparentes» es una «expresión de la soberanía del pueblo», mientras que remarcan la importancia de la «promoción, protección y respeto por los Derechos Humanos», en un contexto en que se recrudecen la represión a las protestas en Perú.
Además, la declaración destaca los acuerdos vinculados a la recuperación económica post-pandémica; a la seguridad alimentaria y energética; a la estrategia estrategia sanitaria y a la cooperación en materia ambiental.
Por otro lado, los miembros de la comunidad manifestaron su compromiso por avanzar «con determinación» en el proceso de integración, «promoviendo la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural» de los pueblos, con el propósito de que América Latina y el Caribe «tenga plena conciencia de su proyección como una comunidad de naciones soberanas, capaz de profundizar los consensos en temas de interés común y contribuir al bienestar y desarrollo de la región, así como a la acuciante superación de la pobreza y las desigualdades e inequidades existentes».
Mejores condiciones financieras
Respecto al incremento de la deuda pública pospandemia, los firmantes exhortan a las entidades financieras internacionales y regionales a que «mejoren las facilidades crediticias a través de mecanismos justos, transparentes, accesibles y sin exclusiones» para que los países puedan recuperar la solvencia y el acceso a los mercados.
«Reconocemos la necesidad de que los modelos económicos de los países de la región prioricen el desarrollo productivo con inclusión social y orienten sus recursos disponibles para alcanzar este fin», aseguran los firmantes y señalan que «este objetivo sólo puede materializarse a través de una fuerte cohesión social dentro de los países, lo cual requiere de instancias y mecanismos de diálogo de alto nivel político».
Garantizar seguridad alimentaria
En cuanto a la seguridad alimentaria y la desigualdad, reconocen que las «múltiples crisis interrelacionadas afectan particularmente a la región» y que esto puso de manifiesto «la fragilidad del sistema agroalimentario y las desigualdades» y además «han agravado los efectos adversos del cambio climático».
Siguiendo esa línea, reiteraron el «compromiso para impulsar acciones efectivas tendientes a garantizar la seguridad alimentaria» mediante el apoyo del desarrollo agrícola y rural «promoviendo el aumento de la producción sostenible de alimentos» como también «un sistema de comercio internacional de productos agrícolas más justo (…)».
Cooperación ambiental
Otro de los puntos destacados del documento tiene que ver con la acción climática «como una prioridad global». En esa línea, la declaración reitera la «disposición a apoyar de manera conjunta el proceso multilateral con base en la urgente necesidad de actuación de cada país (…)».
Sin embargo, le envía un claro mensaje a las potencias al recordar «la urgencia de que los países desarrollados cumplan su compromiso de movilizar conjuntamente los u$s100.000 millones por año a partir del 2020 hasta el 2025 para el financiamiento climático» para apoyar a los países en desarrollo. Además del compromiso de la COP26 de duplicar la financiación.
En sintonía con la acción climática remarcan que «la contaminación por plásticos es una de las principales problemáticas ambientales globales» y reafirman la necesidad de promover energías renovables para acelerar la transición.
Brecha de género
La «Declaración de Buenos Aires» también dedica varios puntos para hablar sobre la situación de las mujeres, jovenes y niñas durante y post pandemia. Y señala que se evidenció «un impacto diferenciado por motivos de género» dejando al descubierto «el aumento de los niveles de violencia doméstica».
«Reconocemos con preocupación la persistencia de brechas entre hombres y mujeres en el mercado laboral, los salarios, el empleo de calidad y el acceso a la protección y a la seguridad social (…)», expresa el texto.
Fin del bloqueo a Cuba, diálogo en Venezuela y soberanía en Malvinas
Por último, el texto pide expresamente por el «fin del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba», no solo por ser contrario al derecho internacional sino también por que «causa graves daños al bienestar del pueblo».
Además, pide «la exclusión de Cuba de la lista unilateral sobre países que supuestamente patrocinan el terrorismo internacional».
Respecto a Venezuela, saludan los acuerdos en el proceso de diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición agrupada en la «Plataforma Unitaria de Venezuela».
En cuanto a la cuestión Malvinas, el documento manifiesta el compromiso «a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional» para «lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias».
Y expresa: «Reiteramos el más firme respaldo regional a los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía por las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, así como el permanente interés de los países de la región en la reanudación de negociaciones entre la República Argentina y el Reino Unido» para «encontrar una solución definitiva» según lo dispuesto por Naciones Unidas.