Dramática peripecias de maestros rurales en Norte de Belén
Dramáticas peripecias de maestros rurales en el norte de Belén a raíz de las nevadas.
Zonas inhóspitas.
A raíz de las intensas nevadas registradas la semana pasada, muchos maestros tuvieron que desistir de llegar a sus lugares de trabajo. Ese fue el caso de quienes cumplen la honrosa misión de dar clases en una de las zonas más inhóspitas de la Patria. En efecto, los servidores públicos, abnegados maestros de la escuelita N° 175, de Las Vallas: Rosana, Leonardo, Daniel, Mercedes y Paula, iniciaron el lunes 25 de abril pasado, como todos los lunes, su habitual ascenso a las cumbres y al valle, donde se encuentra la escuela N° 175, con sus 27 alumnos de la comunidad diaguita, esperándolos, espera que fue infructuosa, debido a la imposibilidad concreta de poder arribar. Allí, en esa pequeña escuela, en una sola aula para todos, niños del Nivel Inicial, escuela Primaria y Ssecundaria Básica, cada lunes ven llegar a quienes no sólo les traen los conocimientos, sino los sueños del progreso y el bienestar que cualquier ser humano anhela. Sin embargo, nuevamente las inclemencias meteorológicas hicieron mella en la labor educativa, como consecuencia de la falta de caminos y medios para llegar a su destino laboral. Esta vez los 20 kilómetros que separan el puesto de María, al Oeste de la localidad de Pozo de Piedra, con Las Vallas, fueron muchos. Los maestros cada lunes del período escolar deben caminar entre 6 y 7 horas para hacer la travesía, que repiten cada viernes para regresar a sus hogares en Belén. Ese lunes no pudieron subir a los 3.200 metros sobre el nivel del mar, debido a la nieve acumulada, el barro y el agua. Hay que recordar que no sólo no existe un camino, sino que los sacrificados educadores tampoco tienen leña para calentarse ni electricidad, lo mismo que los alumnos que se albergan en la escuela. Con un camino podrían tener leña y con la electricidad podrían calentarse y cocinar, pero nadie se acuerda de ellos, y así pasan los años. Como todos podrán apreciar del relato de ésta crónica, no es lo mismo trasladarse en un vehículo que caminar 6 kilómetros, subiendo y bajando lomas y cerros, con temperaturas de varios grados bajo cero. Refieren los maestros que desde hace tiempo luchan para que sus derechos de jubilación sean los que corresponden a los maestros de la zona de frontera, ya que la Anses prevé esa posibilidad sobre la base de la ley que ya existe y se encuentra vigente, aunque las autoridades de aplicación hacen caso omiso de la misma, recordando que en la provincia de Catamarca cientos de maestros van a dar clases a zonas inhóspitas, con frío o calor, con lluvias y nevadasn y en las peores condiciones que el lector se pueda imaginar. Aquel día los maestros de Las Vallas regresaron a Pozo de Piedra con sus pies al borde del congelamiento. Las autoridades competentes deberían tomar cartas en el asunto.
Fuente:launióndigital.com.ar