Deliverys preparaban la sustancia en presencia de sus hijas de 2 y 4 años
En el lugar se logró secuestrar un kilo de marihuana que estaba en pleno proceso de preparado, según lo proporcionado por fuentes policiales, unas “bochitas” de diez gramos de cocaína, cinco celulares, mil pesos en billetes de baja denominación, una licuadora y dos motocicletas que eran utilizadas para transportar la sustancia, tanto en pequeñas como grandes cantidades.
Fuentes ligadas a la investigación indicaron que el lugar era regenteado por un joven de 14 años, de quien se supo que utilizaba como fachada un local de “choripanes” para poder comercializar libremente la sustancia.
También, otro detalle no menos importante de la causa es que, el domicilio en cuestión se encontraba ubicado al lado de una heladería, por lo que se estima que la comercialización indiscriminada se llevaba a cabo en presencia de niños que concurrían allí.
Al momento de la irrupción de los pesquisas, en el lugar no había elementos que se utilicen para la elaboración de “choripanes”, lo que hace presumir a los numerarios policiales que se trataba de una maniobra para tapar el olor del proceso de la marihuana.
El operativo que estuvo a cargo del Comisario Mayor Carlos Kunz, obtuvo resultados positivos gracias al trabajo de su personal que se encontraba tras los pasos del joven que se dedicaba a la venta y el transporte de estupefacientes de forma deliberada.
Los datos que llevaron a los policías a ejecutar la orden del Juzgado federal, surgió luego de una denuncia de vecinos de la zona que se quejaban de que en el lugar se vendía drogas a menores de edad, que luego salían a delinquir en el barrio para poder obtener dinero con el fin de financiar la sustancia.
La pareja narco quedó detenida a disposición de la Justicia federal.
“Choripanes”
Según datos aportados por los investigadores, en el lugar se vendía la sustancia bajo la fachada de un “puesto de choripanes” que era utilizado para desviar la atención.