En este sentido, explicó sobre el trabajo que se realiza actualmente en Capital como en el interior, observando que parte de las acciones tienen que ver con una serie de auditorías en algunos departamentos, a partir de ciertas “exageraciones”. Al respecto, comentó que desde el organismo, se procedió a emitir una resolución, a partir de la cual, cumplidos los 30 días de largo tratamiento, el paciente-empleado debe dirigirse a la sede central, ubicada en la ciudad capital, en el caso de querer extender su licencia.

Poner orden
“Se trata de una regla firme, con el propósito de llevar un control más estricto y como debe ser, a los fines de disponer a partir de una Junta Médica si está en condiciones o no de seguir con la licencia”, declaró el profesional, tras agregar que si bien hay lugares como Santa María, donde se disminuyeron bastante las autorizaciones, en otros como Belén, Recreo o Tinogasta, el número se profundizó bastante.
Respecto de la función y accionar de los profesionales, Villagra subrayó que el objetivo es no caer en “amiguismos” o compromisos, sino que el paciente sea entrevistado y revisado para corroborar la patología que tiene, y erradicar de esta manera aquella idea o práctica de dejar el formulario y el certificado y volver luego a retirarlo, situación que se daría comúnmente en el interior catamarqueño.
Consultado sobre la posibilidad de centralizar la totalidad del trámite de largo tratamiento y pasivas en Capital, el médico respondió que si bien se lo tuvo en cuenta, se determinó confiar en el criterio del profesional del interior para los primeros 30 días, como también evitarle gastos de traslado al paciente.

La “moda” de largos tratamientos y pasivas
“Recordemos que cuando llegamos nos encontramos con largos tratamientos de dos o tres años, y gente trabajando en otras provincias y de licencia acá, con total exageración”,  declaró el titular del organismo provincial, subrayando que las patologías más comunes por las que se pide licencias por semanas o meses están ligadas a lo psiquiátrico, psicológico, traumatológico y cardiológico, además de enfermedades terminales, y dependiendo la época del año.
En este marco, apuntó a la conformación de juntas médicas en lo que hace a largos tratamientos y tareas pasivas, considerando que estas últimas “son cada vez más constantes y en empleados con pocos años de edad como de servicio. De un tiempo a esta parte, las pasivas se volvieron como una ‘moda’ de parte de algunos empleados”, ironizó preocupado el profesional médico.

La licencia como “pantalla”
Por otra parte,  el titular de Reconocimientos Médicos destacó que en los días en que se había anunciado medidas de fuerza, muchos docentes se acercaron con el pedido de licencia. “Para cubrirse de posibles descuentos, recurren a las licencias y nos pone a nosotros en una situación incómoda, que a veces tenemos que desconocer el pedido del médico de cabecera”, apuntó Villagra.

Descuentos
Como parte de las medidas adoptadas con el criterio de “poner orden” en las licencias por largo tratamiento, Villagra comentó que existe una disposición del Ejecutivo, a partir de la cual se aclara que pasando un año con esta licencia, se procede al descuento del 50 % del sueldo.

Belén y Recreo en el límite
“Belén y Recreo son los departamentos con mayor ausentismo, y sobre ellos estamos avanzando con las auditorías”, apuntó el funcionario, alertando que el proceder desde el organismo tiene que ver con supervisar los certificados de los médicos de cabecera, ver los tratamientos y síntomas, y resolver conforme con lo que analiza desde la Medicina Laboral, alertando que no son los mismos puntos de vista de aquel que otorga el certificado.
Si bien Lorenzo Villagra sostuvo que son válidos aquellos casos en los que  se  tienen  en  cuenta ciertas situaciones y extensiones de licencias, “en la generalidad es preciso ajustar, sobre todo cuando el límite de ausentismo era altísimo y se puede decir que se llegó al punto máximo”.