“Aparte de ser maestros, somos enfermeros, amigos y hasta papás de los chicos”
En una visita realizada a la localidad de Las Vallas, departamento Belén, en el Oeste catamarqueño, La Unión dialogó con la directora, docentes y auxiliares de la escuela Nº 175 del lugar, que se encuentra ubicada a 2.000 metros sobre el nivel del mar. La institución escolar albergue cuenta actualmente con una población de 27 alumnos, incluyendo el jardín de infantes.
La amena charla fue mantenida el jueves 19 de noviembre de 2015, con Patricia Yapura, auxiliar del servicio general de la escuela desde hace 8 años; Daniel Gustavo Reales, profesor de Educación Física, quien trabaja allí desde hace 5 años; Leonardo René Carrizo, maestro de grado, con 8 años de servicio en el lugar; Rosana Elizabeth Pico, directora suplente, quien se desempeña en la institución escolar desde hace 19 años; Domingo Esteban Yapura, oriundo de Las Vallas, radicado actualmente en la localidad de Londres, quien acompaña a los alumnos y docentes, al igual que Mercedes del Valle Yapura, becada.
¿Rosana, usted dijo que trabaja desde hace 19 años en la escuela de Las Vallas?
– Si, empecé como maestra de grado, después me titularicé, y desde 2010 el director está cumpliendo otra función y yo pasé a la dirección como directora suplente.
Cuéntenos en qué consiste su trabajo.
– Nuestro trabajo es similar al de todas las maestras, con la única diferencia que acá, en la escuela de Las Vallas, en el norte provincial, aparte de ser maestros, somos enfermeros, tenemos todos los roles, a veces hacemos de amigos de los chicos, papás de ellos. Por ejemplo, tenemos un profesor que sabe de todo, entonces, cuando se nos rompe algo él lo soluciona, digamos que todos hacemos de todo y ninguno cumple un rol específico. Todos somos una familia, a veces tenemos chicos que se albergan con nosotros, y bueno, nuestro trabajo es atenderlos, cuidarlos, darles de comer.
¿Básicamente los alumnos concurren de lunes a viernes?
– Sí, están de lunes a viernes, viven más o menos a dos horas de la escuela, digamos que es una escuela alberge. Nuestro horario es de 8.00 hasta las 16.00, y de ahí uno sigue a la tarde con todos los albergados.
¿Los docentes y auxiliares cómo se turnan para estar en la escuela toda la semana?
– Estamos toda la semana todos, gracias a Dios somos un grupo muy lindo y muy unido. Lo que no puede hacer uno lo cubre el otro, somos una familia prácticamente.
Patricia, ¿cual es su trabajo específico?
– Mi trabajo es hacer limpieza, después voy a hacerle el desayuno a los chicos y la comida. Por lo general, hago dos comidas al día, después se encargan los otros maestros. En realidad, hay una comisión para ese trabajo.
Daniel, cuéntenos cómo es la actividad física de los alumnos y cómo se desarrolla.
– Mi actividad comienza el día lunes desde lo físico, lo recreativo y la vida en la naturaleza. Incluimos todo, considerando las actividades que ellos tienen. Por ejemplo, algunos alumnos trabajan, cuidan animales, y se hace hincapié en lo que los alumnos necesitan realmente…
¿Qué tipo de actividad deportiva hacen los chicos?
– Trabajamos en fútbol, voley, handbol, gimnasia deportiva y basquet.
¿Hacen alguna actividad en contacto con la naturaleza?
– Tenemos la vida en la naturaleza, en eso estamos trabajando, lo aplicamos en fechas como en el Día del Estudiante o un campamento de fin de período.
¿Todos los días tienen educación física?
– Sí, para cumplir mi carga horaria trabajo todos los días. También me ocupo de trabajar con ellos la parte musical, porque no se le puede dar a los alumnos educación física todos los días, porque les resulta agotador, entonces la música se transforma en una alternativa válida, tocamos la guitarra y les enseñamos a cantar. Además, realizamos actividades plásticas, dibujamos, etc. La tarea extra es apoyar en la parte tecnológica, proyectos, notas. Hasta ahora lo estamos trabajando así.
Leonardo, cuéntenos de la escuelita y el lugar donde está ubicada…
– Soy maestro de esta escuelita, que se encuentra ubicada a 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Para llegar al paraje donde se ubica la escuela, tenemos un camino de herradura, que se va por senda, no se llega en vehículos, tenemos que hacerlo caminando a veces en medio de la lluvia, de la nieve, el frío, para llegar y así poder estar con los chicos. Mi función es enseñar de primero a sexto año.
¿El ciclo lectivo es distinto a las escuelas de las ciudades?
– Es el mismo. Es de período común, de febrero a diciembre. A nuestra escuela la querían hacer de período especial, pero sucede que en época de verano llueve mucho y aumenta el caudal de los ríos, por lo que resulta imposible llegar a Las Vallas. Baja mucha agua y el riesgo es muy alto, tanto para los docentes como para los chicos.
¿Les genera algún problema que no sea de período especial?
– No, aunque lo que sí nos afecta es el frío, porque es una zona de mucha altura y cae nieve. A diferencia de las escuelitas con período especial, que por lo general trabajan en verano, nosotros no tenemos más remedio que soportarlo porque no tenemos alternativa. Por ejemplo en junio hizo un mucho frío -10° bajo cero-, y carecemos de leña, porque en el lugar donde nos encontramos sólo existen pastos secos en los cerros. La única leña que hay en la zona son palitos finitos, y con eso nos tenemos que arreglar y dar maña para cocinar. Es muy complicado, pues carecemos de todos los servicios. Aparte, nuestra escuela funciona con paneles solares. En el año 2009 se instalaron por primera vez los paneles, antes no había luz, todo se manejaba con velas al llegar la noche, lo primero que cargábamos eran velas y linternas. Pero después del 2009, nos llegó un avance, y ya tenemos una heladera, un televisor que nos permite hacerle ver a los chicos videos. También tenemos algunas computadoras, y desde el 2013 pusimos Internet, aunque el ancho de banda es escaso.
¿Cuánto dura ese período de frío en que necesitan ese combustible que no tienen?
– Prácticamente todo el año, la última nevada la tuvimos en octubre. Es estacional y es la altura, por eso el frío nos afecta mucho. El frío y la falta de combustible, de leña.
¿Hasta dónde puede acercarse un vehículo en la zona de Las Vallas?
– Hace un año, por intermedio de la intendencia de la localidad de Pozo de Piedra, se hizo un camino, es una huella, para un vehículo grande, una 4×4. Se llegó hasta el puesto Doña María, que debe ser aproximadamente 7 Km desde aquella localidad, y de ahí comienza la senda y la trepada. Todo se nos complica porque no encontramos todo lo que es mercadería. Allí trabajamos conjuntamente con la comisión que tenemos en la escuela, y traemos los animales y los alimentos desde el puesto Doña María, todo se hace en burro hacia la escuela.
¿Cuántos alumnos tienen en la escuela regularmente?
– La escuela actualmente cuenta con 20 alumnos desde el Primario hasta ciclo básico Secundario, y el número generalmente se mantiene. En el año 2012, nos crearon el jardín de infantes, y actualmente tenemos 7 chiquitos. El promedio es de 20 chicos, más los 7 nenes del jardín; por lo general la población crece, son 15 familias que cuentan con la escuela.
¿Hasta cuantos alumnos pueden atender?
– Al ser una escuela albergue, la dificultad que teníamos era contar con una sola aula, y por medio del intendente de Londres, el doctor Gilberto Santillán, se nos está ayudando y haciendo dos aulas más, porque estábamos y aún estamos todos amontonados.
¿Qué tipo de ayuda necesitan de la comunidad?
– Lo que ahora estábamos gestionando de la municipalidad es la corriente eléctrica. Para suplir la falta de leña, deberíamos tener electricidad y con eso tendríamos estufas eléctricas. La línea que más cerca tenemos se encuentra ubicada a 18 kilómetros de la escuela. Hemos averiguado en la empresa de energía EC Sapem y nos dijeron que no es difícil hacerlo, sólo habría que afrontar los gastos del cableado y postes. El tema de Internet funciona con los paneles solares, y si no hay sol se agotan, y ahí nos quedamos sin luz, sin Internet y sin nada. En el 2013 tuvimos la primera visita de una autoridad provincial, fue la del ministro de Educación Ariza, quien sufrió un montón para llegar, pero llegó.
¿Alguna reflexión para los lectores y la ciudadanía?
– Sería importante que se conozca todo esto, la actividad del docente está muy olvidada y más en el interior, el norte y las escuelas rurales. Todo lo que se sanciona y mejora es exclusivamente para las escuelas de las ciudades y de la Capital, que denominamos escuelas de primera categoría, pero hay muchas cosas que no se consideran para las escuelas rurales. Tengo conocimiento, porque yo trabajé en otras escuelas rurales, como Antofagasta de la Sierra, Laguna Blanca, que hay muchas escuelas que están olvidadas, no saben que existen. Cuando un maestro baja del cerro a hacer un trámite, le contamos, y no saben ni dónde se encuentra esa escuela. No es lo mismo un maestro rural que un maestro de primera categoría; por ejemplo en una capacitación un miércoles, nosotros no podemos bajar ese día porque caminamos un día para volver al otro, es imposible, y es así como nos vamos aislando. Es por eso que necesitamos electricidad y comunicaciones. Queremos estar actualizados y capacitarnos. Hay veces que cuando los chicos se enferman, los tenemos que traer en camilla. Por ejemplo, la vez pasada, un chiquito de acá empezó con un dolor y no sabíamos qué era, y resultó ser apéndice. Todo es muy difícil para nosotros.
¿Ustedes se enteraron de todo lo que sucedió en la educación en Catamarca?
– Muy poco, casi nada, nosotros no vivimos los paros.
¿La huella que llega hasta “Doña María”, que después sigue un sendero, no se puede continuar?
– Se gestionó, dijeron que se iba a continuar. Desde “Doña María” hicieron 300 metros más y se rompió la máquina. Quieren llegar hasta un lugar que se llama “El Refugio”, que es una casita de piedra, más o menos hasta ahí ya se acorta mucho la distancia caminando hasta Las Vallas, porque caminando desde el puesto “Doña María” son 5 horas.
¿Cuántas familias viven en las Vallas y de dónde se abastecen?
– Son 15 familias, alrededor de 100 personas, y ellos llevan la mercadería desde Pozo de Piedra.
¿Cuál es la razón de que exista un pueblo en un lugar tan inhóspito y tan aislado?
– A la gente del pueblito no la van a sacar, porque sigue manteniendo sus tradiciones de acá, de Londres, lo mismo que otras poblaciones que se encuentran mucho más arriba. Pero el tema es que muchos se han radicado en Pozo de Piedra, por el traslado de la mercadería y el tremendo sacrificio que es trasladarse. Y allí hay un tema, porque es ahí donde se tiran la piedrita entre municipio y municipio. Otra cuestión es que ellos ya están acostumbrados a esa vida, es un valle y viven del campo. Además, el estado económico de las familias creo que es lo que mantiene el pueblo como está, porque ellos se mantienen aparte de los que siembran, de la municipalidad, de contratos, becas. En concreto, lo que nos haría falta es el camino y la electricidad.
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¿Rosana, usted dijo que trabaja desde hace 19 años en la escuela de Las Vallas?
– Si, empecé como maestra de grado, después me titularicé, y desde 2010 el director está cumpliendo otra función y yo pasé a la dirección como directora suplente.
Cuéntenos en qué consiste su trabajo.
– Nuestro trabajo es similar al de todas las maestras, con la única diferencia que acá, en la escuela de Las Vallas, en el norte provincial, aparte de ser maestros, somos enfermeros, tenemos todos los roles, a veces hacemos de amigos de los chicos, papás de ellos. Por ejemplo, tenemos un profesor que sabe de todo, entonces, cuando se nos rompe algo él lo soluciona, digamos que todos hacemos de todo y ninguno cumple un rol específico. Todos somos una familia, a veces tenemos chicos que se albergan con nosotros, y bueno, nuestro trabajo es atenderlos, cuidarlos, darles de comer.
¿Básicamente los alumnos concurren de lunes a viernes?
– Sí, están de lunes a viernes, viven más o menos a dos horas de la escuela, digamos que es una escuela alberge. Nuestro horario es de 8.00 hasta las 16.00, y de ahí uno sigue a la tarde con todos los albergados.
¿Los docentes y auxiliares cómo se turnan para estar en la escuela toda la semana?
– Estamos toda la semana todos, gracias a Dios somos un grupo muy lindo y muy unido. Lo que no puede hacer uno lo cubre el otro, somos una familia prácticamente.
Patricia, ¿cual es su trabajo específico?
– Mi trabajo es hacer limpieza, después voy a hacerle el desayuno a los chicos y la comida. Por lo general, hago dos comidas al día, después se encargan los otros maestros. En realidad, hay una comisión para ese trabajo.
Daniel, cuéntenos cómo es la actividad física de los alumnos y cómo se desarrolla.
– Mi actividad comienza el día lunes desde lo físico, lo recreativo y la vida en la naturaleza. Incluimos todo, considerando las actividades que ellos tienen. Por ejemplo, algunos alumnos trabajan, cuidan animales, y se hace hincapié en lo que los alumnos necesitan realmente…
¿Qué tipo de actividad deportiva hacen los chicos?
– Trabajamos en fútbol, voley, handbol, gimnasia deportiva y basquet.
¿Hacen alguna actividad en contacto con la naturaleza?
– Tenemos la vida en la naturaleza, en eso estamos trabajando, lo aplicamos en fechas como en el Día del Estudiante o un campamento de fin de período.
¿Todos los días tienen educación física?
– Sí, para cumplir mi carga horaria trabajo todos los días. También me ocupo de trabajar con ellos la parte musical, porque no se le puede dar a los alumnos educación física todos los días, porque les resulta agotador, entonces la música se transforma en una alternativa válida, tocamos la guitarra y les enseñamos a cantar. Además, realizamos actividades plásticas, dibujamos, etc. La tarea extra es apoyar en la parte tecnológica, proyectos, notas. Hasta ahora lo estamos trabajando así.
Leonardo, cuéntenos de la escuelita y el lugar donde está ubicada…
– Soy maestro de esta escuelita, que se encuentra ubicada a 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Para llegar al paraje donde se ubica la escuela, tenemos un camino de herradura, que se va por senda, no se llega en vehículos, tenemos que hacerlo caminando a veces en medio de la lluvia, de la nieve, el frío, para llegar y así poder estar con los chicos. Mi función es enseñar de primero a sexto año.
¿El ciclo lectivo es distinto a las escuelas de las ciudades?
– Es el mismo. Es de período común, de febrero a diciembre. A nuestra escuela la querían hacer de período especial, pero sucede que en época de verano llueve mucho y aumenta el caudal de los ríos, por lo que resulta imposible llegar a Las Vallas. Baja mucha agua y el riesgo es muy alto, tanto para los docentes como para los chicos.
¿Les genera algún problema que no sea de período especial?
– No, aunque lo que sí nos afecta es el frío, porque es una zona de mucha altura y cae nieve. A diferencia de las escuelitas con período especial, que por lo general trabajan en verano, nosotros no tenemos más remedio que soportarlo porque no tenemos alternativa. Por ejemplo en junio hizo un mucho frío -10° bajo cero-, y carecemos de leña, porque en el lugar donde nos encontramos sólo existen pastos secos en los cerros. La única leña que hay en la zona son palitos finitos, y con eso nos tenemos que arreglar y dar maña para cocinar. Es muy complicado, pues carecemos de todos los servicios. Aparte, nuestra escuela funciona con paneles solares. En el año 2009 se instalaron por primera vez los paneles, antes no había luz, todo se manejaba con velas al llegar la noche, lo primero que cargábamos eran velas y linternas. Pero después del 2009, nos llegó un avance, y ya tenemos una heladera, un televisor que nos permite hacerle ver a los chicos videos. También tenemos algunas computadoras, y desde el 2013 pusimos Internet, aunque el ancho de banda es escaso.
¿Cuánto dura ese período de frío en que necesitan ese combustible que no tienen?
– Prácticamente todo el año, la última nevada la tuvimos en octubre. Es estacional y es la altura, por eso el frío nos afecta mucho. El frío y la falta de combustible, de leña.
¿Hasta dónde puede acercarse un vehículo en la zona de Las Vallas?
– Hace un año, por intermedio de la intendencia de la localidad de Pozo de Piedra, se hizo un camino, es una huella, para un vehículo grande, una 4×4. Se llegó hasta el puesto Doña María, que debe ser aproximadamente 7 Km desde aquella localidad, y de ahí comienza la senda y la trepada. Todo se nos complica porque no encontramos todo lo que es mercadería. Allí trabajamos conjuntamente con la comisión que tenemos en la escuela, y traemos los animales y los alimentos desde el puesto Doña María, todo se hace en burro hacia la escuela.
¿Cuántos alumnos tienen en la escuela regularmente?
– La escuela actualmente cuenta con 20 alumnos desde el Primario hasta ciclo básico Secundario, y el número generalmente se mantiene. En el año 2012, nos crearon el jardín de infantes, y actualmente tenemos 7 chiquitos. El promedio es de 20 chicos, más los 7 nenes del jardín; por lo general la población crece, son 15 familias que cuentan con la escuela.
¿Hasta cuantos alumnos pueden atender?
– Al ser una escuela albergue, la dificultad que teníamos era contar con una sola aula, y por medio del intendente de Londres, el doctor Gilberto Santillán, se nos está ayudando y haciendo dos aulas más, porque estábamos y aún estamos todos amontonados.
¿Qué tipo de ayuda necesitan de la comunidad?
– Lo que ahora estábamos gestionando de la municipalidad es la corriente eléctrica. Para suplir la falta de leña, deberíamos tener electricidad y con eso tendríamos estufas eléctricas. La línea que más cerca tenemos se encuentra ubicada a 18 kilómetros de la escuela. Hemos averiguado en la empresa de energía EC Sapem y nos dijeron que no es difícil hacerlo, sólo habría que afrontar los gastos del cableado y postes. El tema de Internet funciona con los paneles solares, y si no hay sol se agotan, y ahí nos quedamos sin luz, sin Internet y sin nada. En el 2013 tuvimos la primera visita de una autoridad provincial, fue la del ministro de Educación Ariza, quien sufrió un montón para llegar, pero llegó.
¿Alguna reflexión para los lectores y la ciudadanía?
– Sería importante que se conozca todo esto, la actividad del docente está muy olvidada y más en el interior, el norte y las escuelas rurales. Todo lo que se sanciona y mejora es exclusivamente para las escuelas de las ciudades y de la Capital, que denominamos escuelas de primera categoría, pero hay muchas cosas que no se consideran para las escuelas rurales. Tengo conocimiento, porque yo trabajé en otras escuelas rurales, como Antofagasta de la Sierra, Laguna Blanca, que hay muchas escuelas que están olvidadas, no saben que existen. Cuando un maestro baja del cerro a hacer un trámite, le contamos, y no saben ni dónde se encuentra esa escuela. No es lo mismo un maestro rural que un maestro de primera categoría; por ejemplo en una capacitación un miércoles, nosotros no podemos bajar ese día porque caminamos un día para volver al otro, es imposible, y es así como nos vamos aislando. Es por eso que necesitamos electricidad y comunicaciones. Queremos estar actualizados y capacitarnos. Hay veces que cuando los chicos se enferman, los tenemos que traer en camilla. Por ejemplo, la vez pasada, un chiquito de acá empezó con un dolor y no sabíamos qué era, y resultó ser apéndice. Todo es muy difícil para nosotros.
¿Ustedes se enteraron de todo lo que sucedió en la educación en Catamarca?
– Muy poco, casi nada, nosotros no vivimos los paros.
¿La huella que llega hasta “Doña María”, que después sigue un sendero, no se puede continuar?
– Se gestionó, dijeron que se iba a continuar. Desde “Doña María” hicieron 300 metros más y se rompió la máquina. Quieren llegar hasta un lugar que se llama “El Refugio”, que es una casita de piedra, más o menos hasta ahí ya se acorta mucho la distancia caminando hasta Las Vallas, porque caminando desde el puesto “Doña María” son 5 horas.
¿Cuántas familias viven en las Vallas y de dónde se abastecen?
– Son 15 familias, alrededor de 100 personas, y ellos llevan la mercadería desde Pozo de Piedra.
¿Cuál es la razón de que exista un pueblo en un lugar tan inhóspito y tan aislado?
– A la gente del pueblito no la van a sacar, porque sigue manteniendo sus tradiciones de acá, de Londres, lo mismo que otras poblaciones que se encuentran mucho más arriba. Pero el tema es que muchos se han radicado en Pozo de Piedra, por el traslado de la mercadería y el tremendo sacrificio que es trasladarse. Y allí hay un tema, porque es ahí donde se tiran la piedrita entre municipio y municipio. Otra cuestión es que ellos ya están acostumbrados a esa vida, es un valle y viven del campo. Además, el estado económico de las familias creo que es lo que mantiene el pueblo como está, porque ellos se mantienen aparte de los que siembran, de la municipalidad, de contratos, becas. En concreto, lo que nos haría falta es el camino y la electricidad.
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