Con 19 años se hizo cargo de su familia y está por lanzar una app que revolucionará el servicio de delivery
Leonardo Romero vive en Villa Soldati, y desde su búnker informático ultima detalles para sacar a la calle un proyecto que promete dar que hablar.

Leonardo Romero trabaja, estudia, investiga, insiste, innova. No para. Marcha detrás de un objetivo, ese que lo tiene como protagonista e ideólogo de una aplicación que puede llegar a revolucionar el mundo del delivery.
Siempre pensando en progresar
Durante su último año de colegio, Leonardo decidió no hacer el viaje a Bariloche, quería destinarla en algo que impulse su idea de insertarse y crecer en el mundo laboral.
“Estando en el último año decidí no usar la plata para lo que sería un viaje de egresados, y elegí que mi papá me compre una moto; estaba fascinado con la idea pero también vi una oportunidad de trabajar para depender menos de mis viejos. También tenía en mente trabajar, en cualquier puesto. Lo cierto es que cuando recién terminas la secundaria cuesta mucho encontrar trabajo, y así fue para mí”, recordó.
Y remarcó que aquella época, al finalizar la secundaria, “me anoté en la carrera de Ingeniería en Sistemas, en la UBA, intenté y me estanqué 2 años tratando de ingresar, pero me di cuenta que no era por ahí, se notaba mucho la diferencia en contenidos que brinda un colegio público a un colegio privado. Aprendí que hay que estar muy comprometido y si no tenés los recursos te las tenés que rebuscar, yendo a grupos de estudio o pagando particular. No tenía mucho tiempo en ese momento para dedicarle el compromiso que requería, y tampoco los recursos, entonces dejé el CBC con 3 materias adentro”.
Su objetivo era trabajar y crecer. El foco estaba puesto ahí. “Me enfoque solamente a trabajar comenzando por el 2015 con changas y algún que otro mandado. En 2016 conocí una agencia que estaba cerca de casa en Villa Soldati, Fénix, mi primer trabajo, aprendí mucho, conocí gente y siempre se portaron de 10 por eso agradezco siempre. En 2017 trabajaba por mi cuenta, los clientes que tenían fueron aumentando, hasta que en 2018, tanto trabajo y tanto esfuerzo m e posibilitaron comprarme una moto 0km y hacerme monotributista, algo que me permitía tener más alcance, ni hablar de una obra social y aportar para una futura jubilación”.
El inicio del proyecto
En 2019 empezó el movimiento fuerte, el que lo acercaba cada vez más al proyecto que aún estaba en pañales. “Se podría decir que en 2019 tenía estabilidad económica independiente, trabajaba todos los días y tenía tiempo para estudiar lo que me gustaba. En el primer año escuché la posibilidad de anotarme en un curso intensivo de Desarrollo Web que brindaba Wolox, una empresa tech y Empujar, un programa para capacitar a jóvenes para ayudar en la inserción laboral. No perdí el tiempo y me lancé, tuve que pasar por 2 entrevistas antes de quedar en el curso “Hack The Gap”, y haber conseguido ese cupo fue un enorme logro para mí y mi papá que de alguna forma veía lo que se venía, nos emocionamos mucho los dos. Tenía que tomar la decisión de trabajar menos y estudiar más, no lo dudé, estaba motivado y con confianza, partí mi tiempo en trabajo, curso e instituto, y trabajar los fines de semana también”, rememora.
Y agradece: “Aprendí muchas cosas técnicas, profesionales y que las habilidades socioemocionales como el trabajo en equipo, la proactividad, y demás son igual de importantes para conseguir trabajo; todo lo aprendido traté y trato de implementarlo en la vida”.
El proceso final
Cristalizar un proyecto lleva tiempo y ganas, sobre todo. Leo lo sabe. Se acuerda de las horas y horas que le demandó la realización de esta nueva aplicación, la cual está en el horno y a punto de salir.
“Continuando con la historia en 2020, estaba finalizando el curso intensivo de desarrollo web pero todavía cursando el terciario, y seguía trabajando como cadete con la moto, ayudando en gastos o pago de servicios en casa. Aprendí en cuanto a lo tecnológico que tenía muchas ideas para hacer y quería implementarlas en mi microemprendimiento. Seguí capacitándome para poder armar una marca, la idea era que el negocio siga en pie dando posibilidad de trabajar a otras personas, creciendo de a poco como emprendimiento y yo poder dedicarle más tiempo a capacitarme y así cumplir este sueño, el proyecto de crear una aplicación o plataforma para facilitar la toma y realización de envíos.
La aplicación está en el proceso de Product Discovery, está siendo ideada, e investigando el mercado porque no quisiera que fuera una aplicación más. Además sigo capacitándome en otras áreas que no son de desarrollo, para que la pueda ir creando de a poco.
Para qué sirve la aplicación
“Se podría decir que la aplicación tiene que facilitar la toma de un servicio de envío y la realización del mismo, mi experiencia como cadete me dejó en claro que hay muchas cosas que se pueden mejorar y que la tecnología es un gran aliado. Se podría decir que es una mezcla entre Mercadoenvíos flex, Uber y PedidosYa. Mejoras hay muchas, siempre se puede mejorar. Lo que noté mucho es la que las personas quieren algo rápido, sin tantas vueltas, sentir conformidad o que una persona también está del otro lado, que les sean amables y si surge un problema que uno tome la acción de resolverlo”, explica.
En cuanto a los objetivos a cumplir, el joven puntualiza varios: “Mis objetivos a corto plazo son poder lanzar la primera versión de la aplicación para poder ayudar a la mensajería. Empezar a estudiar inglés, terminar con los cursos que estoy transitando en Coderhouse. A largo plazo, también es clave que la aplicación pueda ayudar a otros como herramienta de trabajo en el rubro de la mensajería y poder visitar un par de países, me gustaría viajar al exterior”.
Por último, el joven que logró liquidar el pago de la deuda de la misma casa en la que hace 13 años vive con sus padres, apunto a cumplir su sueño: “Que la aplicación de reparteAR sea utilizada a nivel nacional e internacional”.